02.07.2013 - Mucha agua corrió bajo el puente desde aquel ya lejano (?) 1997. Entonces la marca Nike se acomodó bajo la sombra del nombre Boca Júniors para proveerle indumentaria a cambio de una importante suma de dinero, la aparición estratégica de su logo en la camiseta y el posterior reembolso que superara con creces la inversión inicial (más de 5000 camisetas xeneizes fueron enviadas a Japón 30 días antes de la final del mundo que Boca perdió en 2001 vs Bayern Munich).
Entonces el impacto requerido desde las oficinas de marketing se interpretó como osado: dos vivos blancos separando el amarillo central (y más ancho) de los azules (superior e inferior) fueron motivo de comentarios, debates, rechazos y aceptaciones… en fin, la decisión de marketing fue acertada: la nueva camiseta fue un asunto viral.
Por aquellos días un veterano Diego Armando Maradona quemaba sus últimos cartuchos profesionales en el club de sus amores que ya era tomado, desde la presidencia, por el empresario Mauricio Macri. Y Diego, en nombre de la historia y la tradición boquense, dio el veredicto (negativo) de mayor peso.
Quién escribe formó parte del ejército de personas que tomaron decisiones sobre aquellas prendas (hechas con el mismo knock how, personal y materia prima con que se hacían las de los primos, hijos de Adidas). Al sustancioso reguero de tinta y aire que tomó la “nueva camiseta de Boca” se contrapuso el hecho empírico cuando recibí las planillas en mi oficina en sobre cerrado, directamente desde Estados Unidos sobre la firma de un diseñador argentino.
Sí, la (mítica e intocable) camiseta de Boca era decidida en Estados Unidos. Y nosotros desde aquí teníamos un mínimo margen de maniobra decisoria sobre aspectos menos estéticos que puramente técnicos.
16 años fueron suficientes para, después de pasar por diseños anuales, llegara la (insólita) camiseta violeta y el conocido impacto posterior.
Así como el organismo se acostumbra a la medicación y requiere mayores dosis para lograr efecto, el colmo de la capacidad de asombro es el analgésico que los hombres del marketing combaten a diario.
Así como Nike se da el lujo de presentar las camisetas de las selecciones europeas no como pagante sino como auspiciador, aunadas en su sitio web (supeditando las selecciones a su marca), ahora tenemos, por caso, LA CAMISETA ROSA.
Una idea que lleva tiempo de maceración y cuyo sondeo previo (la camiseta violeta) abrió un mercado atípico. Nike (ahora) exige y Naomi Klein, autora del célebre “No Logo”, está de vuelta en años.
El 20 de diciembre de 2012 el diario Olé anticipó el estreno “violeta” en la misma nota en que lanzó la inminencia de una camiseta rosa por exigencia contractual de la marca inventando una argumentación (como inventara la famosa bandera riverplatense “la peor dirigencia de la historia”).
En la nota, el diario publicó que “varios historiadores de Boca aseguran que en los inicios el club llegó a jugar con una casaca rosa, tan maravillosa como rentable”.
Habrá que diferir entre las (dos) categorías inventivas de Olé. Si bien ambas se aúnan en el unánime fin de vender, “la peor dirigencia de la historia” fue un garrafal error de (no) chequeo periodístico, mientras que Boca “llegó a jugar con una casaca rosa” es estrictamente intencional y no menos rentable.
No existe ninguna evidencia documental oficial de Boca Juniors (ni en actas, ni memorias y balances, ni fotos) acerca de la existencia de una camiseta rosa en el tiempo en que se le asigna el uso. La historia del color rosa que Nike se empeña en producir se atribuye a la memoria oral (y no menos contradictoria y contrastable) de Pedro Moltedo y Marcelino Vergara, antiguos vecinos de La Boca.
Con todo, Nike lanza su globo de ensayo rosa para Boca Juniors. El mismo (rosa) que intentó para Racing Club cuando tomó (de modo efímero) su indumentaria en 2006.
El proceso continúa. El cambio de año justificó el cambio de camiseta, luego los aniversarios, los festejos y campeonatos, los torneos de verano, los clásicos, diseños retro, ultrarretro y plurirretro. El vértigo aumenta, el mercado se ensancha (?). El lanzamiento de una nueva camiseta se anuncia en off, se prepara la previa, se contratan músicos, modelos, famosos y viejas glorias. Las historias argumentales de diseño se agotan. Así como el tatoo (desprovisto de significado) sólo “porque me gusta”, Boca podría salir a la cancha con una camiseta rosa. Y, trascartón, podremos ver luego pasajeros matutinos del Ferrocarril Sarmiento reproduciendo sus sponsors sobre un “desigual” tono rosa.
La presentación oficial sería a fines de julio (2013) y las imágenes ya fueron filtradas.
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Buenas, en los últimos años los colores de Boca fueron cambiando en los veranos.
ResponderBorrarAhora rosa, ami no me gusta, ya que con estos colores no reconozco al equipo 'xeneize'. Saludos!
www.atleti1903.blogspot.com
Camiseta de fútbol de color rosa, me gusta! Dice mi piel! En caso de comprar un http://www.cfb14.com/
ResponderBorrarLa camiseta rosa de Boca es un diseño clásico.
ResponderBorrarEsta camiseta vale la pena recoger.
Memorable.