Páginas

4 de marzo de 2014

Botines Puma evoPower.


Cuando fiché para San Lorenzo, una emoción muy grande tomó mi mente y mi cuerpo. Hubo muchos postulantes y el entrenador, Sanes (después Carotti), se decidió por mí y por un arquero. Tomé un taxi hasta casa, ficha en mano, para hacerla firmar por mi viejo. En ese viaje recordé los años de escuela primaria, en el Colegio San Antonio, allí mismo donde todas las mañanas el sol pegaba sobre la plaqueta en honor a Lorenzo Massa y en el mismo solar en que se formaron aquellos Forzosos de Almagro. Hubo sido un casual destino (?). Ferro y Huracán me habían pedido pero el estudio y no se bien que más hicieron que una tarde arrancara solo para San Lorenzo.

No fue fácil. El equipo titular resistía la llegada de un nuevo miembro. El puesto número cinco de Carrizo estaba ahora amenazado por mi presencia. Un poco de juego y otro poco de personalidad me fueron necesarios no sin algún enfrentamiento bautismal a cara o cruz.

Pasé los filtros pero hubo uno que me costó más de la cuenta. Mi viejo firmó la ficha y, acto seguido, me dio unos billetes: “Tomá, comprate un short y los botines.”

Compré los Adidas La Plata, todo un documento fechado. Eran tiempos en que valía quedarse después de los entrenamientos para ver los movimientos de un flaco Chilavert, las canchereadas de Ortega Sánchez, la habilidad de Siviski y el andar de Walter Perazzo a las órdenes de un aplomado Nito Veiga (DT).

Grande fue la sorpresa, casi tan grande como la emoción de haber fichado, de que una vez puestos los botines no sentía la pelota en los pies. No obstante, lo peor era que no podía medir la intensidad de tiro. La puntera del Adidas La Plata era tan dura como un mataburros y yo jamás había jugado con botines. Un pase corto se transformaba en media cancha, la fuerza de un metro equivalía casi al doble…

Fueron días incómodos. Pelear por la precoz titularidad con los Adidas La Plata fue una afrenta inolvidable. Al cabo de dos fechas (y varios entrenamientos) lo logré. Debuté un sábado a la mañana vs Platense (2-0) sin sentir la pelota en los pies.

Muchos años pasaron…

Hoy, la empresa Puma ofrece el nuevo botín evoPower contando que “se ha descubierto que la patada del pie descalzo hace volar el balón con la máxima potencia y velocidad. Por ello PUMA ha diseñado una bota que imita el movimiento del pie descalzo al golpear el balón. La microfibra AdapLite es un material elástico en un único sentido, lo que permite que el pie se doble. Las inserciones de AccuFoam ofrecen una superficie de golpeo estable y lisa”.

La publicidad, de potentes efectos cinematográficos, puede sonar algo exagerada. Esa misma exageración es la que me remitió a aquellos tiempos de botas duras.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Si evitamos los spams mejor...