A horas del Superclásico (nº 192) que paraliza el mundo del fútbol argentino, la ciudad de Buenos Aires aparece empapelada con afiches referenciales.
Dos chicos, con las camisetas de Boca y River abrazados bajo el título “El fútbol es pasión” y sobre la leyenda “Basta de violencia”.
La gráfica del afiche, creada por la agencia de publicidad “Equipos de Difusión” liderada por Enrique Albistur es, en definitiva, el hecho visible de la campaña lanzada hace tres días (conferencia de prensa) en la Cámara de Diputados de la Nación.
Allí, Julián Domínguez (presidente de la Cámara), Julio Grondona (presidente de AFA), Daniel Angelici (presidente de Boca), Rodolfo D´Onofrio (presidente de River) y Mauricio Gómez Bull (presidente de la Comisión de Deportes Nación), “cinco presidentes”, divagaron en público sobre la violencia en el fútbol.
En este marco, Julio Grondona (presidente de AFA desde hace 35 años) tuvo espacio para afirmar voluntades primigenias como "Lo primero que hay que implementar (para combatir la violencia) es quién puede entrar a la cancha."
Nuestro post anterior, dedicado a la visión extranjera sobre nuestro Superclásico, viene de base.
¿Cómo explicar a un extranjero que después de 35 años en el cargo de presidente de AFA, Julio Grondona recuerde “lo primero que hay que implementar…”?
¿Cómo explicar a un extranjero que aún, después de 191 superclásicos, el siguiente tome tiempo público de audiencia en la Cámara de Diputados por el mismo problema que lleva décadas de insolución?
¿Cómo explicar a un extranjero este afiche que se multiplica en Buenos Aires a horas del Superclásico, siendo que rige la prohibición de asistencia al estadio del público visitante?
No puede explicarse la presencia del chico de River en el afiche siendo que la parcialidad millonaria (con sus problemas) no asistirá a La Bombonera. Los rumores de violencia llegan desde la interna de Boca.
El club anunció que fue autorizado el ingreso de 27.525 socios y de allí los rumores (porque no todos los socios son iguales a la luz del manejo empresarial de Boca y las insólitas e inéditas normativas de admisión dictaminadas por AFA).
Como se sabe, la barrabrava de Boca está dividida en dos facciones que poco menos de un año atrás tuvieron una sangrienta refriega en el Bajo Flores que terminó con dos muertes (de las que derivó la prohibición al público visitante).
Desde hace más de un año, la barra disidente comandada por Rafael Di Zeo busca tomar el mando que tiene hoy la “macrista” barra oficial, liderada por Cristian Fido Debaux y hoy el botín es la inmensa recaudación del Superclásico, definido por los propios barras como “temporada alta”.
Así, mientras dirigentes y presidentes se reúnen en Diputados y financian la impresión de miles de afiches ingenuos, los barras dirimen sus cuestiones según marcan sus derechos consuetudinarios.
“Por el negocio o por el plomo” - dicen en la barra disidente – “la alternativa a un enfrentamiento armado puede ser un arreglo comercial”. El asunto es que, si la seguridad policial no lo permite, el ataque sería hacia la caja oficial: “hacerles perder plata”, sea en estacionamientos, kioscos, bares, entradas, merchandising, etc.
La facción oficial, anclada en el macrismo (Maurico Macri) a través de los empleados de seguridad de la Legislatura Porteña, se enfrenta a la facción disidente de pesados punteros políticos del Gran Buenos Aires (Malvinas Argentinas), mientras los dirigentes brindan conferencias de prensa y empapelan la ciudad de Buenos Aires con afiches dirigidos a la gran mayoría, es decir, a todos aquellos que no participan de la lucha por el botín del fútbol, entre los cuales hay muy pocos que cuentan con el privilegio de pagar para asistir a un estadio sin público visitante ni figuras de nombre en el campo de juego.
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