La fiesta es en Madrid, el llanto es en Madrid, el partido en Lisboa. Por primera vez en la historia de la Copa Europa (UEFA Champions League) dos equipos de la misma ciudad disputan la final: Real Madrid (por su 9º) vs Atlético Madrid (por su 1º).
Todo lo que faltó de brillo sobró de estrategia. Un partido cerrado que erigía al sistema defensivo colchonero como paradigma europeo llegaba a su final. Mezquino, ordenado, solidario, generoso, rústico, agresivo, intenso, el Atlético se llevaba el cetro europeo: Iker Casillas quedaba estigmatizado en una final europea que se definía por el garrafal yerro de un arquero y Atlético aguantaba (sin escrúpulos) cada vez más atrás los (desordenados) embates merengues.
El gol blanco llegó en el minuto 93 (a dos del final absoluto): Sergio Ramos de impecable cabezazo (córner) coronó el esfuerzo merengue que, dominando todo el complemento, nunca bajó los brazos.
Más tarde, en el alargue, el ánimo y las piernas terminaron volcando la final. Gareth Bale (´110), Marcelo (´118) y Cristiano Ronaldo (´120) sellaron la goleada y encendieron la Cibeles.
Atlético Madrid se fue (como en 1974) con las manos vacías, a dos minutos de lograr su único cetro europeo que hubiera roto la lógica del dinero. Real Madrid consigue así su décima Copa europea y Cristiano Ronaldo impone su nuevo récord de goles en el torneo (17).
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