El recordatorio al gobierno español parece volver cada tres años. Como en las dos anteriores finales coperas disputadas entre Barcelona y Athletic Bilbao (Valencia 2009 y Madrid 2012), esta vez en el Camp Nou fue más ruidoso.
Con banderas independentistas catalanas ondeadas incluso por aficionados vascos, la previsión de una sonora silbatina al himno español se cumplió (a pesar delas advertencias del gobierno). La música del himno (que no tiene letra) sonó (sólo) durante 48 segundos en la previa del partido, emitida a un alto volumen por los altavoces del estadio y el rechazo fue unánime de los más de 95.000 espectadores presentes ante la impasible mirada del rey de España Felipe VI, que presidió el partido sentado al lado del presidente de la Generalitat catalana, Artur Mas: el ensordecedor ruido de las dos hinchadas y los continuos silbidos se impusieron a la música que identifica al estado español.
Luego de que Messi hiciera de las suyas y Barcelona volviera a coronarse campeón, el Gobierno condenó a través de un comunicado lo que considera «ataques contra los símbolos que representan al conjunto de los españoles, a la democracia que los ampara y a la convivencia que comparten», cumpliendo con sus advertencias de sanción ante el esperado revés.
El Ministerio de la Presidencia publicó que el Gobierno «considera que cualquier muestra o manifestación de intolerancia es siempre reprochable; y lo es más todavía cuando busca la repercusión pública aprovechando un espectáculo deportivo, que todos los españoles tienen derecho a disfrutar, sin la protesta y la perturbación que algunos quieran imponer… Las cuestiones ideológicas o políticas no deben interferir el normal desarrollo de los acontecimientos sociales, culturales y deportivos…». Aprovechar un encuentro de fútbol, según el Gobierno, para escenificar una protesta de carácter político «es una falta de respeto para este deporte, para el conjunto de los aficionados y para todos los españoles, que tienen derecho a disfrutar de este partido como lo que es, un espectáculo deportivo, y, al mismo tiempo, a ser respetados a través de los símbolos que nos representan a todos y a nuestra democracia».
Vale recordar que fue el dictador Francisco Franco, después de la Segunda República (1931-1939), quien restableció la oficialidad de la Marcha Real durante la Guerra Civil, mediante un decreto de 1937, ratificado en el Boletín Oficial del Estado una vez finalizada la guerra (1942). Los posteriores cambios políticos no modificaron el himno español ni su estatuto legal y la regulación más precisa se hizo recién y bajo decreto (1560/1997), en 1997, año de la adquisición plena de los derechos de autor.
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