No sé si será mucho pero después de rechazar ofertas de Real Madrid, Sevilla, Depor, Valencia, Atlético Madrid, Espanyol, Liverpool, Arsenal y Manchester City, Mauro Icardi (16) toma sol en las gradas del Camp Nou y puede llevarse toda la ropa Adidas que le guste cuando pasea por las tiendas del Corte Inglés. Es argentino y Sebas lo trae a la sección “desterrados”.
Cuando los acontecimientos suceden, muchas veces no nos damos cuenta de la influencia que pueden tener en la vida de la gente. La crisis económica que azotó Argentina a fines de 2001 hizo que muchas familias dejarán el país en busca de mejores horizontes. Uno de esos casos fue el de los Icardi. Papá Juan Carlos, carnicero, desocupado y con pasaporte italiano, decidió irse a España para darle un futuro mejor a su familia. Primero se fue él y unos meses después lo siguieron su mujer Analía y sus hijos Mauro, Ivana y Guido que, en plena debacle, dejaron su Rosario querida y se marcharon hacia las Islas Canarias. Mauro, que por entonces tenía 9 años, era un destacado futbolista infantil de Sarratea, un pequeño y tradicional club de barrio rosarino donde el mayor de los Icardi ya demostraba grandes dotes a la hora de jugar al fútbol.
A su llegada a España, Mauro encontró rápidamente un lugar donde seguir desarrollando su potencial. Recaló en las categorías infantiles de la Unión Deportiva Vecindario, equipo de la Segunda División B, el tercer escalón del fútbol español. Pasó el tiempo y el pequeño Icardi saltó a la cancha de 11, donde se hizo notar y convirtió más de 400 goles.
Con semejante destaque, los grandes de España empezaron a hacer cola para llevarse a la joven promesa: Real Madrid, Sevilla, Valencia, Deportivo La Coruña, Atlético Madrid y Espanyol hicieron sus esfuerzos. Incluso hubo sondeos desde Inglaterra por parte del Liverpool, el Arsenal y el Manchester City. Pero finalmente el que triunfó fue el Barcelona.
Tras la final de un torneo juvenil en Las Palmas en el que el Vecindario derrotó al Porto de Portugal por 2 a 1 con dos goles de Mauro, emisarios del Barcelona se contactaron con los padres de Icardi y a mediados de 2008 le propusieron firmar un contrato no laboral por seis años. La decisión ya estaba tomada: el destino de Mauro estaba en Barcelona.
El cambio no fue fácil para el joven nacido en Rosario ya que debió viajar a Catalunya sin su familia e instalarse solo en La Masía, el lugar de entrenamiento del equipo blaugrana en las afueras de Barcelona.
Rosarino, emigrado a España de pequeño, con pasta de crack, jugador juvenil del Barcelona, los parecidos con Messi, con quien ya tiene una relación muy cercana, son insoslayables. Sin embargo, también lo son las diferencias: Mauro es derecho y tiene un gran porte físico: mide 1,79. Icardi juega de delantero centro, tiene una gran potencia goleadora y dos ídolos bien definidos: Gabriel Batistuta y Samuel Eto’o. En lo estético, usa el pelo cortito a los costados y un flequillo largo y teñido que le cae sobre los ojos. Como Messi, Icardi tiene doble nacionalidad y una decisión tomada: entre España y Argentina, ya dijo que prefiere vestir la camiseta celeste y blanca y el Tata Brown está en el blindaje.
Con apenas 16 años, Mauro Emanuel Icardi Rivero ya es una firme promesa de este fútbol que no respeta tiempos ni edades. Afortunadamente está en un club grande, serio y responsable que sabrá esperarlo y darle la oportunidad en el momento adecuado. Le sobran condiciones para escribir su propia historia, una historia que ya lo marca como un protagonista a destacarse.
MAURO ICARDI EN ACCION
Cuando los acontecimientos suceden, muchas veces no nos damos cuenta de la influencia que pueden tener en la vida de la gente. La crisis económica que azotó Argentina a fines de 2001 hizo que muchas familias dejarán el país en busca de mejores horizontes. Uno de esos casos fue el de los Icardi. Papá Juan Carlos, carnicero, desocupado y con pasaporte italiano, decidió irse a España para darle un futuro mejor a su familia. Primero se fue él y unos meses después lo siguieron su mujer Analía y sus hijos Mauro, Ivana y Guido que, en plena debacle, dejaron su Rosario querida y se marcharon hacia las Islas Canarias. Mauro, que por entonces tenía 9 años, era un destacado futbolista infantil de Sarratea, un pequeño y tradicional club de barrio rosarino donde el mayor de los Icardi ya demostraba grandes dotes a la hora de jugar al fútbol.
A su llegada a España, Mauro encontró rápidamente un lugar donde seguir desarrollando su potencial. Recaló en las categorías infantiles de la Unión Deportiva Vecindario, equipo de la Segunda División B, el tercer escalón del fútbol español. Pasó el tiempo y el pequeño Icardi saltó a la cancha de 11, donde se hizo notar y convirtió más de 400 goles.
Con semejante destaque, los grandes de España empezaron a hacer cola para llevarse a la joven promesa: Real Madrid, Sevilla, Valencia, Deportivo La Coruña, Atlético Madrid y Espanyol hicieron sus esfuerzos. Incluso hubo sondeos desde Inglaterra por parte del Liverpool, el Arsenal y el Manchester City. Pero finalmente el que triunfó fue el Barcelona.
Tras la final de un torneo juvenil en Las Palmas en el que el Vecindario derrotó al Porto de Portugal por 2 a 1 con dos goles de Mauro, emisarios del Barcelona se contactaron con los padres de Icardi y a mediados de 2008 le propusieron firmar un contrato no laboral por seis años. La decisión ya estaba tomada: el destino de Mauro estaba en Barcelona.
El cambio no fue fácil para el joven nacido en Rosario ya que debió viajar a Catalunya sin su familia e instalarse solo en La Masía, el lugar de entrenamiento del equipo blaugrana en las afueras de Barcelona.
Rosarino, emigrado a España de pequeño, con pasta de crack, jugador juvenil del Barcelona, los parecidos con Messi, con quien ya tiene una relación muy cercana, son insoslayables. Sin embargo, también lo son las diferencias: Mauro es derecho y tiene un gran porte físico: mide 1,79. Icardi juega de delantero centro, tiene una gran potencia goleadora y dos ídolos bien definidos: Gabriel Batistuta y Samuel Eto’o. En lo estético, usa el pelo cortito a los costados y un flequillo largo y teñido que le cae sobre los ojos. Como Messi, Icardi tiene doble nacionalidad y una decisión tomada: entre España y Argentina, ya dijo que prefiere vestir la camiseta celeste y blanca y el Tata Brown está en el blindaje.
Con apenas 16 años, Mauro Emanuel Icardi Rivero ya es una firme promesa de este fútbol que no respeta tiempos ni edades. Afortunadamente está en un club grande, serio y responsable que sabrá esperarlo y darle la oportunidad en el momento adecuado. Le sobran condiciones para escribir su propia historia, una historia que ya lo marca como un protagonista a destacarse.
MAURO ICARDI EN ACCION
8 comentarios:
Es alto, por ahí lo pide Caruso.
Excelente nota de El Gráfico con este muchacho. Estoy seguro que dentro de unos años va a ser ruido. El video de abajo es muestra de un jugador completísimo
Es una demostración más que algunos muchachos-a veces casi niños-tienen la virtud de modificar para bien el destino de familias, como en este caso, acosadas por el desempleo y la necesidad de cambiar "de aires".
Saludos.
@ esteban: es un tema muy complejo ya que el embudo es demasiado drástico. De uno que llega quedan miles en el camino.
Y otra cosa ambigua - que puede remitir al color marrón - es el contrato "no laboral" por el que el pibe debe exclusividad a un club y se cobra en indumentaria.
ICARDI x TRISTELME
Buen Articulo !
Nunca habia oido hablar de este jugador, pero tendre en cuenta su nombre para el futuro.
También estoy de acuerdo con Caligula, darse a conocer y llegar a triunfar en un equipo y mas en el Barcelona, es muy complicado. Por que hay muchos jugadores y la exigencia es muy alta.
Saludos !
Lembro desse jogador pela disputa envolvendo Real Madrid e Barcelona ainda quando ele tinha apenas 14 anos de idade, acabou vencendo o Barcelona, abraço.
Saudações do Gremista Fanático
Gracias, Calígula. Y gracias a todos por los comentarios.
Saludos
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