4 de mayo de 2010

Olimpo ascendió a Primera División.


04.05.2010 - Calígula - Apenas la radio dio la noticia, las voces se hicieron oído y al revés: “Empató Instituto, ya está” (0-0 con Defensa y Justicia), se escuchó de un lado al otro del estadio. 

Los últimos quince minutos antes de salir a la cancha parecieron de película. En el vestuario, Delorte repiqueteaba sus botines contra el cemento, Casais conversaba con un allegado, Brum puso su cabeza entre las piernas en el instante final y cuando la levantó sus ojos comenzaron a humedecerse. Los hombres de De Felipe -a un costado-, comenzaron a abrazarse y a saltar, a festejar entre ellos y con utileros y dirigentes. 

Todo esto antes de pisar el campo. Las ventanas del vestuario fueron la puerta del estruendo de las tribunas, de la ciudad, hasta de las bocinas de la calle. El (estadio) Roberto Carminatti, colmado, fue una fiesta desde bien temprano ya y el partido ante el Santo (San Martín de Tucumán) sólo una excusa. 

La salida de Olimpo fue ver a la novia entrar al salón: bengalas de humo amarillo y negro se fundieron con el cielo y techaron la cancha. Desde las cabinas de prensa, no se veían los edificios del centro detrás de un arco, ni los talleres del ferrocarril al otro. 

Aplausos, saltos, gritos, cantos. El griterío escoltó la salida de los jugadores y los niños que los acompañaban. Había mas gurises que jugadores. Cada uno cargaba dos. Los más grandecitos corrían junto a sus padres y levantaron las manos con ellos en el círculo central. El aplauso prolongado, sostenido, fue de teatro. Como quien aplaude al actor antes de empezar a actuar. Es que antes de jugar, los jugadores habían cumplido el objetivo máximo: ascender. Lo demás, fue yapa, el partido 0-0, los festejos, los fuegos artificiales, las sonrisas, hasta los abrazos de campeón.



Olimpo ascendió (otra vez) a Primera División después de tres temporadas. Por tercera vez en 9 años (27.12.2001 – 02.06.2007 – 04.05.2010) y después de ganar 7 partidos consecutivos en la recta final se aflojó para festejar.
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1 comentario:

Max dijo...

La verdad, mejor descripto imposible, se vivió como una verdadera fiesta, si bien no hubo goles, se celebró igual en las tribunas desde el arranque, al conocerse el resultado del partido anterior, hasta el final, con fuegos artificiales incluídos, disfrutando la alegría de otro ascenso.

Saludos!