13 de enero de 2011

Fútbol de amputados en Haití.


13.01.2011 - Lo peor de perder una pierna o un brazo en Haití no es la minusvalía física sino el estigma social. El médico serbio Davor Krcelic, que desde marzo (2010) vive en Puerto Príncipe equipando de prótesis a los miles de amputados que dejó el 'goudou-goudou' (terremoto en criollo haitiano, por el bramido que soltó la tierra).

«Cuando alguien pierde un miembro del cuerpo se considera que hizo algo muy malo ... Dios lo castiga quitándole un brazo o una pierna para que todo el mundo lo sepa. Es terrible» .

Podría conjeturarse que una sociedad que tiene entre 2.000 y 4.000 amputados podría cambiar de mentalidad, pero no es así. Las creencias haitianas tienen fuerte arraigo y lo nuevo incluye gente como Krcelic.

En marzo dejó su consulta de Santo Domingo e instaló un taller de prótesis ortopédicas en Puerto Príncipe. Con un traductor y un coche donado por Knights of Columbus (Los caballeros de Colón) se dedicó a buscar a sus pacientes por los campamentos.

El primer milagro fueron las muletas: entonces los levantó del suelo, dejaron de arrastrarse y pudieron llegar a las letrinas. El segundo fueron las pierna protésicas: entonces ya lograron volver a caminar y hasta a montar en moto. El tercero fue el fútbol, el opio del pueblo que enajena a las masas, les devolvió cierta dignidad.

La idea fue de un millonario texano que en mayo pasado entró en su taller buscando discapacitados para crear un equipo de fútbol. Krcelic le dio con gusto los teléfonos de 40 de «sus hijos», que pronto estuvieron entrenando con el texano y a las tres semanas éste les informó de que se quedaría con los 15 mejores.

«¡Al carajo con ellos!», bramó Krcelic. «Yo recojo a todos los rechazados. Formaremos nuestro propio equipo y un día ustedes van a ser tan buenos que le van a patear el trasero a los pendejos que los botaron».

Así nació el equipo de los Tarántula (Zaryen, en criollo), bajo el logo de una araña negra a la que le falta una pata. Incluso sin la prótesis que le cambió la vida, Jeune corre por el campo a más velocidad que cualquier persona con dos piernas. «¡Es que él tiene tres!», festeja el doctor.

La de carne y hueso que le falta no quedó entre los escombros donde pasó dos días atrapado bajo un muro de cemento, sino en el hospital de Santa Caterine, en el (peligroso) barrio de Cité Soleil, donde pasó ocho días esperando a que le viera un médico. Al sexto supo que perdería la pierna, ennegrecida por la gangrena. «Cuando una enfermera empezó a limpiarme la herida infectada con alcohol, no sentí nada. Entendí que no tenía salvación». Del quirófano lo sacaron al aparcamiento por falta de camas, y de ahí se fue a vivir al patio de su amigo, a aprender a ser minusválido a la intemperie bajo un plástico.

Tiempos de 25 minutos, tocar el balón con la muleta es falta, el juego duro no se consiente y al portero le falta un brazo.

El Equipo Nacional de Minusválidos haitianos que fundara el texano ya jugó en Argentina, Francia y Estados Unidos y el domingo pasado (09.01.2011) los Tarántula disputaron ante ellos su primer partido serio en el Estadio Nacional. Y pese a todas las ganas que tenía Krcelic de que sus hijos vengaran el desplante en el marcador, eso sería un final de Hollywood. En Haití los Tarántula perdieron 2-0.

Así, en plena reconstrucción de Puerto Príncipe (Haití), en la víspera del primer aniversario del terremoto (12 de enero 2010) que provocara la muerte de más de 250.000 personas y la deshabitación de más de un millón, los habitantes de la ciudad se juntan a jugar fútbol y quienes resultaron amputados por el sismo dicen presente como parte de una dolorosa conmemoración que, a pesar de los millones de dólares en ayuda y la campaña internacional de solidaridad, viene de bajo perfil.

"No todo puede ser solucionado tras el terremoto, pero la vida continúa", dijo Mackendy Francois, cuyos amigos utilizaron una sierra para cortarle la pierna debajo de la rodilla cuando lo liberaron de los escombros en una fábrica de camisetas un año atrás.

"La vida no se acabó cuando perdí una pierna", dijo Francois (23), orgulloso de representar a su equipo contra los rivales Zaryen, que recibió su nombre del término criollo haitiano para una tarántula debido a que sigue en pie pese a perder un apéndice.

El mediocampista de Zaryen, Bernard Noubert, que perdió a sus padres en el terremoto en el mismo edificio donde se quedó sin una pierna, dijo que el futbol lo ayudó a seguir adelante. "Es la mejor distracción para aliviar mi corazón".



Pese al ejemplo alentador de los jugadores amputados, las esperanzas iniciales de que un nuevo Haití más vivible pueda erigirse de los restos dejados por el terremoto, con ayuda internacional, comienzan a nublarse por un sentimiento de pesimismo y desesperación.

Antes del sismo, cerca del 70 % de los 10 millones de personas en Haití (el Estado más pobre del hemisferio occidental), vivían con menos de dos dólares diarios y para muchos, las condiciones parecen haber empeorado.

Más de 2,000 personas han muerto debido a la epidemia de cólera en Haití y se han registrado casi 90,000 casos, según un nuevo balance del Ministerio de Salud difundido este lunes.

Más de seis semanas después de que apareciera el primer caso de cólera en un siglo en Haití, a fines de octubre, la nueva información indica que la cifra de víctimas sigue subiendo a una tasa constante y que no hay una aparente disminución en el número de infecciones.

Un total de 2,013 personas han muerto debido a esta infección bacterial y se han registrado 88.789 casos, según las cifras oficiales. Los expertos de la ONU han advertido que el verdadero balance podría ser mucho más alto.

Una serie de motines contra los efectivos de Naciones Unidas se extendió a varias ciudades y pueblos ante la sospecha de que los soldados nepaleses de paz son culpables del brote de cólera que asola al país.

Las protestas dejaron al menos dos manifestantes muertos a balazos, luego que protagonizaron grescas con los cascos azules de la ONU.
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4 comentarios:

888poker dijo...

Me he emocionado leyendo este artículo. Si esto no es ejemplo de superación y de fuerza que baje dios y lo vea vamos. Es muy triste que un país que ya vivía en la pobreza extrema tenga que pasar por todo esto.. Gracias por la publicación.
Un saludo

Roberto Llena Morillo dijo...

Una vez más podemos ver que el fútbol, por encima de todo lo q se diga de él, es capaz de hacer desprender valores positivos siempre. Más q negativos, muchos lo ven al revés pero buena muestra de ello dan estas imágenes.
Grande una vez más el deporte rey.

Anónimo dijo...

Dice mucho de ti este articulo. A pocos se les ocurriria hablar de estos futbolistas que tienen mucho más merito que los demas.

¿Te intera un intercambio de links?


Saludos ;)

Alejandro Alonso dijo...

Me he emocionado mucho.El fútbol es para todos.Para los que no jugamos tan bien para llegar a profesionales y hasta para los que les queda una sola pierna.Ejemplo de supervivencia y espirtu de lucha la de esta gente.Saludos.