12.06.2012 - La Eurocopa como sentencia… (?)
En los días de focos polaco-ucranianos, Mahmud Al-Sarsak (25) pasa los 80 días de huelga de hambre en la prisión de Ramle (Israel) y, luego de ser trasladado de urgencia a un hospital, fue devuelto a prisión.
«Al Sarsak podría morir en cualquier momento. Corre grave riesgo de sufrir un ataque al corazón o un colapso de los órganos internos», cuentan sus familiares.
Médicos de la ONG israelí “Médicos por los Derechos Humanos” que pudieron visitarlo la semana pasada cuentan que Al-Sarsak perdió el 33% de su peso, tejido muscular en modo extremo, tensión, conocimiento y memoria de forma repetida.
Desde la ONG “Adamir” aseguran que está en un estado de salud “muy deteriorado… con pérdida de unos 30 kilos” y que “mientras los ojos del mundo están en la Eurocopa, el jugador de fútbol palestino sigue olvidado".
Desde el otro lado, la portavoz del servicio israelí de prisiones, Sivan Weizman, contó a la prensa que el preso “abandonó anoche (10.06.2012) su huelga de hambre” y confirmó que otros dos reclusos palestinos mantienen su protesta sin alimentarse.
Weizman refiere a la taza de leche que el abogado de Al-Sarsak tuvo que darle para mantenerlo con conciencia, al menos hasta el próximo jueves (14.06.2012), cuando el Tribunal Supremo de Israel revisaría su caso.
¿Quién es Mahmud Al-Sarsak?
Un futbolista palestino, seleccionado de su país, que el 22 de julio de 2009 fue detenido por el Ejército israelí cuando salía de la franja de Gaza (por el puesto militar de Erez) hacia Cisjordania para unirse a su nuevo equipo, el Balata.
Su crimen: ser palestino. El Centro Palestino para los Derechos Humanos y diversas agencias informan que Al-Sarsak “fue detenido bajo la llamada ley de combatientes ilegales, una fórmula que es empleada para poner bajo arresto administrativo a los residentes de Gaza después de 2005, año en que Israel evacuó la franja”.
El 19 de marzo (2012) decidió ponerse en huelga de hambre “para protestar por su detención y sus condiciones de vida en prisión, entre las que figura no poder recibir visitas de familiares”.
Ante la aberrante situación, el Centro Palestino para los Derechos Humanos urgió a la FIFA y a su jefe, Joseph Blatter, a intervenir pronto para salvar la vida de Al-Sarsak mediante una carta:
“Le exhortamos a emplear todos los medios a su alcance, incluido el de dirigirse a las autoridades israelíes relevantes, a fin de salvar la vida de Al-Sarsak y poder ayudarle a regresar al campo de futbol. Su voz constituirá un mensaje de esperanza para miles de personas en todo el mundo que creen que el deporte, y el futbol en particular, pueden contribuir a enriquecer la dignidad humana”.
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