25 de abril de 2014

La alimentación de los planteles mundialistas.


Los tiempos cambian y la brecha entre mundiales puede ser una medida. Las comparaciones entre los mundiales jugados en Brasil, de por sí, es un exceso de abismos: triplicación de aforo (3.300.000), de partidos (64), pantallas HD o Tv 4k y un marketing de hastío, entre otras, no disimulan el cambio de siglo.

Hoy, en tiempos digitales, de inaugural tecnología de línea de gol y de proliferación de eventos nos detenemos en la cocina del mundial, hecho del que la propia FIFA tomó nota premiando con medallas a los chefs de las delegaciones clasificadas en el podio. El chef del plantel “es tan importante como el capitán”, dijo Keith Cooper (ex árbitro galés y vocero FIFA).

La observancia del asunto de la cocina y la alimentación mundialista empezó en 1970, cuando Peter Olander, cocinero en el palacio del rey Gustavo Adolfo, desembarcó en México como chef del plantel de la selección sueca. Desde entonces los hábitos, y sobretodo las formas, cambiaron casi tanto como el público y el mismo fútbol.

“Cuando la selección de Zaire arribó al aeropuerto de Frankfurt para participar de la Copa de Alemania 1974, los agentes de la aduana local descubrieron horrorizados que en las valijas, entre camisetas y botines, había veinte monos muertos. Los africanos explicaron que comían mono asado antes de cada encuentro, su plato favorito, como cábala, y amenazaron con regresar a su país si no se les permitía pasar con su preciado manjar. Finalmente, fueron autorizados a ingresar con el particular alimento, que en suelo germano no irradió la misma buena suerte que en la Eliminatoria: Zaire perdió 2-0 con Escocia, 9-0 ante Yugoslavia y 3-0 frente a Brasil”.

“Pocos días antes de que comenzara la Copa de Francia 1998, la agrupación que nuclea a los grandes chefs franceses se quejó de que el torneo tuviera como su “restaurante oficial” a la cadena norteamericana Mc Donald’s, auspiciante del evento. “La gastronomía francesa tiene renombre mundial. No podemos dejar que una hamburguesa nos sustituya.” (1) LUCIANO WERNICKE

Los tiempos cambiaron (?). Zaire no existe como tal sino como República Democrática del Congo (no clasificada para 2014) y los alimentos ya no viajan ni en bolsos ni con las delegaciones. Por ejemplo, la delegación ecuatoriana solicitó a su reducto anfitrión en Brasil (2014), además de una sala de videojuegos, que todos los cuartos tengan un cesto con bananas típicas de su país.

Los tiempos cambiaron (?). Los franceses continúan observando los asuntos culinarios pero bajo otra perspectiva. La delegación ya hizo saber que cambiará el menú del restaurante anfitrión teniendo en cuenta que no pocos jugadores del plantel son musulmanes.

De acuerdo con la religión del Islam, es obligatorio para todos los musulmanes comer y beber sólo en la forma establecida en el Corán. Los alimentos que se consideran "halal" (preparados de acuerdo a los dictados del Corán), deben cumplir una serie de normas estrictas relativas a los ingredientes, preparación y cocción tales como el almacenamiento separado y la limpieza extrema del producto como del manipulador.

¿No será mucho?

No hay comentarios.: