31.10.2013 - Lejos de esplendores y polvo de estrellas, River y Boca reman en las espesas aguas del torneo rioplatense. Entrenadores de cartel, récord en sendas historias deportivas, al frente de planteles dispares dan la resultante.
En el árbol de las rachas de torneos cortos (donde una racha arroja candidaturas), encontramos otras ramas. Con todo el riesgo que las comparaciones implican pongamos dos nombres sobre la mesa, dos números 9, unánimes puntas: Teófilo Gutiérrez (Ríver), Emanuel Gigliotti (Boca).
El primero (colombiano), llegado a River con bombos, platillos y alguna irregularidad por una suma nada despreciable (superior a los u$s 3 millones). El segundo, Gigliotti, adquirido casi en el menú de ofertas a modo de “prueba”.
Teo, de brillante performance en el Racing de Miguel Russo y actual punta de la selección colombiana, demanda titularidad millonaria por sobre Federico Andrada, Rodrigo Mora y Giovanni Simeone. Este Ríver de Ramón Díaz (DT) cumple 5 partidos sin convertir goles (Boca, Newells, Belgrano, Rafaela y Lanús) y, con 450 minutos de sequía, se sube a la cornisa del récord histórico: 534 minutos en el Clausura 2010 (Astrada DT).
Gigliotti viene despuntando en Boca un récord inverso, convirtiendo 7 goles en 7 partidos (ininterrumpidamente) para poner a Bianchi (DT) otra vez en la discusión del título.
La comparación es siempre de fondo incomprobable, pero no puede dudarse de las diferencias técnicas entre Gutiérrez y Gigliotti, dato irrelevante (?), sin embargo, en el presente inmediato de este fútbol cortoplacista, terreno fértil para rachas inesperadas.
Nada nuevo: Otra reconfirmación de que, aún con capacidades individuales, el número 9 es menos un nombre que la resultante de un equipo.
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