18 de junio de 1978
Claudio Pecego de Moraes, conocido como Coutinho, murió ahogado a los 42 años mientras practicaba caza submarina en una isla cercana a Ipanema. Había sido un jugador muy talentoso y llegó a la Argentina como entrenador de la selección brasileña. Polémico y dado a los micrófonos, horas después del partido denunció que los horarios dispares le quitaban ventaja sobre Argentina que jugaría con Perú sabiendo el resultado de Brasil - Polonia. Poco después, al enterarse que el acuerdo sobre los horarios se había firmado en enero bajo la rúbrica de don Joao Havelange, su mal humor no quedó de puertas adentro.
Obsesionado por la baja en la calidad técnica e individual del jugador brasileño en la era pos Pelé, optó por tácticas europeizantes que promovieran el rendimiento colectivo por sobre el individual. La falta de figuras pareció alentada, además, por sus gruesas diferencias con las dos únicas estrellas de la vieja escuela: Zico y Rivelino (campeón en 1970) se vieron relegados al banco de suplentes.
Algo confuso e híbrido, el scratch pasó la primera fase ganándole a Austria y empatando con Suecia y España. El vacío y la desorientación pos Pelé parecían continuar en el seno mismo del equipo. Aún así, Brasil era el estigma del equipo argentino y el espejo de Menotti (jamás pudo vencerlo).
Para los cuartos de final, bajo la enorme crítica de los medios cariocas y de algún desconcierto, Coutinho no se cansó de hacer cambios en la alineación. Rodrigues Neto como marcador de proyección, extremos como Gil, Mendonca y Chicao y Direcu como cerebro del equipo terminaron dándole mejores y no suficientes resultados.
Oyendo los dichos del entrenador polaco Gmoch después del 0-2 con Argentina en el gigante de Arroyito (“La caldera del dibalo” donde la atronadora parcialidad arrojaba no sólo papeles), Coutinho decidió retrasar lo máximo posible su salida del Hotel San Francisco de Chacras de Coria (Mendoza) para llegar a Rosario un día antes del partido.
Argentina y Brasil no podían perder: y no perdieron. Se trabaron en el mediocampo con respeto y violencia en un partido áspero y de poco fútbol. Ni el vértigo criollo ni la cadencia verdeamarella. Ni Roberto ni Ortiz pudieron quebrar el cero.
Con todo, Brasil fue el único equipo de los 16 finalistas que jugó la máxima cantidad de partidos posibles terminando invicto. Y Argentina, que sumó otra jornada sin victoria a los ocho años de Brasil, pasó de instancia… pero esa es otra historia.
-A vos que te gustan las cábalas, ¿sabés que pasó el 18 de junio de...?
Interrumpe el Pato Fillol, exactamente 30 años después: "Sí, claro, el 0-0 con Brasil. ¡Qué partido!, Mirá, me acuerdo de que...
-Aquel 0-0 fue más dificil de lo que parece ahora, cuando uno sólo se acuerda del resultado.
-Tuviste un mano a mano con Gil.
-¡Tuve varios! Hubo uno con Roberto Dinamita, que fue el más difícil, pero hubo más. ¿Sabés lo que es estar mano a mano con un delantero brasileño?
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4 comentarios:
Un post con mucha calidad como siempre. Un buen aperitivo para lo de la noche. Saludos Calígula..
Que lamentable, de una selección con Kempes a una selección con Tristelme.
La pegaste con el resultadooooo! jajajaja
linkeado!
abrazo de gol
www.tremendamentemotivados.blogspot.com
Ruben
ARGENTINA - BRASIL : "CLASICO EMPATE"
La verdad que después de lo visto en Belo Horizonte...
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