Clasificados a Sudáfrica: ALEMANIA.

[Pedro Molina]

La frustración del 2006 está a flor de piel en Alemania y el suicidio de Michael Enke aun demasiado fresco.

Joachim Low fue el hombre que pidió Jurgen Klinsmann como ayudante para asumir entonces como seleccionador. Tan reconocido es el ex ayudante que se llegó a decir que era el autor del equipo. De este u otro modo, cuando Jurgen no renovó el contrato, se cumplieron los vaticinios de las malas lenguas y el elfo alemán –como lo apodan a Low-  tomó las riendas de la selección para “continuar un proyecto”.

De ahí que la estructura no sufriera modificaciones radicales: mantuvo a sus hombres más determinantes y les sumó algunos nombres (no necesariamente alemanes) que explotaron en la Bundesliga:

El brasileño Cacau (Claudemir Jeronimo Barretto) se destacó en el Nuremberg, pasó al Stuttgart y obtuvo el pasaporte alemán en 2009. Low lo convocó a la selección y ahora Cacau defiende la camiseta de Alemania. También el español Mario Gómez (Bayern Munich) es uno de los integrantes no alemanes del equipo que se suma a los polacos Lukas Podolski y Miroslav Klose para formar una temida delantera.

El camino hacia Sudáfrica fue auspicioso: cuatro triunfos al hilo y una clasificación cuasi consumada para este proceso que como primer objetivo tenía la Euro 2008 (Austria – Suiza). El nivel no empezó siendo el mejor en dicha competición, pero la eliminación a Suiza por uno a cero en una victoria muy trabajada y el 3-2 sobre la hora a Turquía para pasar a la final, fueron eslabones claves hasta llegar a un equipo que era “buena” noticia.

En la final, se encontró con la mejor selección del mundo, España, que apenas le pudo ganar uno a cero con un gol sobre el final (Niño Torres). El once titular fue: Lehmann; Friedrich, Mertesacker, Metzelder, Lahm; Schweinsteinger, Frings, Hitzlsperger, Podolski; Ballack; Klose. Gracias a esta gran performance, cerraron el año 2008 en la segunda ubicación del ranking FIFA y encararon las Eliminatorias del Mundial de la mejor manera.

Liechtenstein, un rival de otro nivel fue la primera prueba (6.9.08). El primer tiempo terminó 1-0 ante un rival que más allá de las limitaciones, soportó bastante bien. Los segundos cuarenta y cinco fueron directamente un baile con cinco goles más y loas de la prensa.

La doble jornada la completó con un 3-3 en Helsinki ante la local Finlandia (10.9.08) y un día excelente para Miroslav Klose quien marcó los tres goles cuando su selección estuvo en desventaja. Los locales mostraron grandes problemas defensivos pero un riguroso orden de ataque, hechos que motivaron la cantidad de goles.

Un mes después de aquellos buenos resultados, estuvo enfrente Rusia (11.10.08), de flojo inicio pero el más complicado rival del grupo. El triunfo fue  por 2-1 (Podolski y Ballack) con un buen rendimiento desde el primer minuto, siendo superior a los rusos, aunque los últimos quince minutos fueron agobiantes en busca de cerrar el arco. Ese resultado dejó puntero al equipo del Elfo Low, que cada vez recibía más elogios hacia su trabajo.

Para colmo, el siguiente partido fue victoria por 1-0 ante Gales, (15.10.08) el perseguidor más inmediato. Rusia se acercaba, aunque el puntero no le dejaba demasiadas chances, ya que era una máquina de ganar contra cualquiera que se enfrente. A Liechtenstein por 4-0 (28.3.09), otra vez a Gales por 2-0 (1.4.09) y de visitante, 2-0 a Azerbaiyán (12.8.09) y  4-0 a Azerbaiyán (9.9.09) nuevamente. 

El anteúltimo partido en Moscú (10.10.09) era definitorio, un triunfo le otorgaba a los teutones el pasaje a la Copa Mundial pero enfrente tenía al rival más serio y en su casa. Fue 1-0 (Klose, cuando no) y lo que se destacó de los ganadores no fue su buen fútbol, sino que “supo inclinar la balanza de su lado gracias a su eficacia, poder penetrante y pura voluntad de victoria” (FIFA.com). Tan solo quedó un partido más que fue un empate con Finlandia (14.10.09) de local para celebrar con la gente aunque de poca importancia. 

   

Por motivos de un calendario desordenado, jugó dos veces consecutivas con Azerbaiyán, comenzó la segunda ronda sin haber terminado la primera y el país que era tercero en la ida (Rusia) fue quinto en la vuelta. Incluso, el entrenador  tomó una decisión tan arriesgada como (terminó siendo) acertada: armar un equipo con mayoría de jugadores que actuaban en su país a fin de tenerlos a mejor disposición. Aparecieron nombres nuevos, más jóvenes, hasta algunos debutaron, como el arquero Adler, pero nunca perdió la idea de juego. Más allá de los apellidos, siempre pregonó ese mediocampo superpoblado y aguerrido que avanza y retrocede en bloque tan ordenado como férreo.

Ganó ocho partidos, cuatro de local y cuatro de visitante, empató las dos veces con Finlandia y no perdió nunca. Marcó 26 goles y recibió sólo 5 (tres en un partido) con un promedio de 0,5 por encuentro. Utilizó 27 jugadores para las Eliminatorias que duran un año, Lahm fue el único que jugó todos los minutos y  Klose, el goleador (7 goles) aunque no tuvo un puesto asegurado (Podolski y Mario Gomez le pelearon el lugar).

Recibió sólo dos tarjetas amarillas en los diez partidos y una sola expulsión que fue por doble amonestación. Sufrió la muerte de su arquero titular –Robert Enke- y la supo  reemplazar con Rene Adler. Tuvo altibajos, problemas y reacción.

Metzelder, en una entrevista, dijo que hay varios equipos mejores que ellos futbolísticamente hablando, pero que debían poner otras cosas en la balanza para contrarrestarlos. El objetivo es la copa.

Para las Eliminatorias y para lo que vendrá, hubo algunos jugadores que se destacaron bajo el mando de Michael Ballack: de mitad de cancha para adelante Klose, Podolski y el joven Ozil, retrocediendo un poco aparecen Schwieinsteinger, Lahm y Westermann. 

Tercer mejor europeo en eliminatorias, cabeza de serie del grupo F (Australia, Serbia y Ghana), Alemania se perfila para instancias finales.

Después de todo, dice Hiddink: "los alemanes siempre hacen buen papel en el mundial".

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