Cuando disputó aquella final (1930) Cañoncito tenía 20 años, todavía era jugador de Gimnasia y Esgrima y ganaba $ 30 por partido ganado. O aquel Mundial le valió su pase a Boca:
“El que me pidió fue Cherro. Vos vas a Boca y hacés capote, me dijo en el Mundial. No, que voy a ir a Boca, decía yo. Y cuando me vinieron a buscar yo dije que no, yo de Gimnasia no me muevo. En Gimnasia ganaba 30 pesos por partido ganado y en Boca me daban 4000 pesos por el pase y otros 800 más por mes. Después lo subieron de 4000 a 8000 y yo seguía diciendo que no. Mis tíos me decían pero Pancho, tu papá no conoce los billetes de cien, firmá, dale. Vas a acomodar a toda tu familia. Después, un tío mío pidió 10000 pesos; yo seguía diciendo que no, pero mi tío se llevó a los tipos a dar una vuelta y cuando volvieron, me convencieron. De esa manera pasé a Boca.”
Segundo goleador histórico de Boca (atrás de Cherro) hasta 2008; hoy tercero, atrás de Martín Palermo, luego de unos breves roces mediáticos, Pancho Varallo cumple 100 años y es la única voz sobreviviente de la primera final mundialista.
Después de muchos años surgieron diferencias y culpabilidades por la derrota (2-4) del Centenario marcada a fuego.
"Esa final no la podíamos ganar de ninguna manera, los uruguayos fueron muy duros, no había alambrado olímpico..."
Se dijo que Varallo no debió haber jugado la final. Pancho, muy joven, no se quería perder la final y no avisó que todavía no se había recuperado de la lesión que arrastraba y mucho tiempo después, cuando Osvaldo Bayer lo interpeló para su documental Fútbol Argentino, devolvió gentilezas con la certeza de ser la única y última campana (sobreviviente).
"Esa final no la podíamos ganar de ninguna manera, los uruguayos fueron muy duros, no había alambrado olímpico..."
Se dijo que Varallo no debió haber jugado la final. Pancho, muy joven, no se quería perder la final y no avisó que todavía no se había recuperado de la lesión que arrastraba y mucho tiempo después, cuando Osvaldo Bayer lo interpeló para su documental Fútbol Argentino, devolvió gentilezas con la certeza de ser la única y última campana (sobreviviente).
"No quiero decir que nosotros fuimos cobardes, pero hubo siete jugadores argentinos que no guapearon, ¿me entiende? Y con sólo cuatro jugadores que guapeamos no podíamos ganar. Eran (Guillermo) Stábile, Carlitos Peucelle, yo y Arico Suárez".
Francisco “Pancho” “Cañoncito” Varallo cumple 100 años y una calle de su La Plata llevará su nombre.
4 comentarios:
Una pregunta rebota en mi cabeza…. el jugador promedio de antes amaba el fútbol como un juego y la plata no lo conmovía (y eso que eran pobres de verdad) El jugador de hoy en día es “profesional” nada lo conmueve (solo la plata).
Y la pregunta en cuestión es… Vamos hacia delante o vamos para atrás no se supone que con el tiempo las cosas evolucionan????? Seguramente no será el caso de los valores morales, esos que no se compran con dinero.
Cada día quedan menos de esos que ya podríamos llamarlos “una raza en vía de extinción” LOS HOMBRES DE HONOR.
Una leyenda del fútbol argentino.
Lamentablemente, hoy la plata importa más que la gloria deportiva. Varallo como muchos jugadores de otras épocas, buscaban alcanzar la gloria con el club donde nacían. Hoy todos buscan salvarse para que, cuando se retiren, puedan vivir tranquilos sin tener que trabajar.
Abrazo 100% riverplatense.
Hacía goles. Dicen que era de madera. Pero hacía goles.
Muy buen recuerdo. Fantástica historia de vida. Abrazo!
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