17.08.2010 - Calígula & Gustavo Torres - No son los mejores días para el América de México. Si bien van tres fechas de torneo, las águilas (que no obtienen un título local desde 2005) siguen tropezando y Rolfi Montenegro lleva su parte.
''El público tendrá sus razones y nosotros tratamos de hacer nuestro mejor futbol. Esto que pasó es la muestra de que hay que seguir mejorando'', dijo el Rolfi en respuesta a los abucheos con que fue despedido el equipo luego del empate (1-1) con el Atlas (conducido por Carlos Ischia) que, no obstante, les alcanza a las águilas para puntear el grupo 2.
Quizás fue menos el empate (América ya ganó y perdió) que permitir el primer punto de “los zorros” que venían de tres derrotas consecutivas.
Después de la salida de Cuauhtémoc Blanco al Chicago Fire (luego de obtener el subcampeonato), de rutilantes nombres argentinos como el Piojo López, Ramón Díaz o el Pocho Insúa, el sitio criollo es ahora ocupado por Montenegro (en dupla con Matías Vuoso).
Hacía falta un creativo, un mediapunta que se asociara con el delantero punta, que entonces era Salvador Cabañas. No obstante, eso no le ha impedido a Montenegro rendir buenos dividendos, aunque no se han capitalizado en resultados aceptables para un equipo de la jerarquía del América.
El nuevo DT, Manuel Lapuente, gustoso del 4-2-3-1, está a la búsqueda mientras tira en los micrófonos que "un equipo grande no puede tener soberbia, tiene que jugar con humildad como si fuera un equipo chico, para demostrar quién es el grande tienes que jugar como el chico, todas las pelotas disputarlas, ganarlas, tener el control del campo y de la pelota, eso lo debemos de tener nosotros."
Así, Vicente Sánchez, que vive su segunda experiencia en el fútbol mexicano, es uno de los laderos de Rolfi en ¾ (mejor por su derecha). Por izquierda, Lapuente (DT) probó a Sánchez (su lugar natural), Sandoval (de buena técnica y menor complexión física) y Martínez (de mejor época en San Luis).
Montenegro sigue explotando los espacios abiertos con piques y pelotas cortadas. Indefectible, la comparación con Blanco, el 10 por antonomasia, le da saldo positivo en velocidad. Y si le sumamos los siete pulmones de Rosinei, un caballo incansable, el resultado merodea un estilo de juego capaz de generar peligro ante defensas que no cierran bien los espacios o adelantan líneas.
Sigue la búsqueda. De Manuel Lapuente (DT) y de Daniel Montenegro (31) de lograr un título esperado por la afición y una, cuando menos, vívida consagración en el exterior.
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3 comentarios:
Tiene cuerda para rato.
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