4 de diciembre de 2011

Murió Sócrates.


04.12.2011 - Sócrates (57) murió anoche, en el Hospital Albert Einstein de Sao Paulo, a causa de un choque séptico de origen intestinal, causado por una bacteria, entre nosotros, cirrosis hepática. Veníamos siguiendo su estado (a causa de nuestra admiración).

El Pacaembú atestado de (37.000) voces expectantes, esperaba la inminente final del torneo paulista (1983); Corinthians y São Paulo se batirían a duelo. De pronto, un jugador muy alto, estilizado, de barba y pelo rizado, apareció en la cancha solo, con el brazo levantado y una camiseta con mensaje estampado: "Ganar o perder, pero siempre con democracia". Explotó el estadio a oídos de Sócrates, Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieria de Oliveira (Belém, Brasil; 1954).

Estaba en su mejor momento (premio al mejor jugador latinoamericano 1983), comandando la Democracia Corinthiana y derrochando técnica.

Singular por su juego y cultura, Socrates fue conducido a la lectura por su padre (lector de filosofía griega) quién lo llevó por un camino (alternativo?) hasta el título de doctor en medicina (Sócrates Souza, pediatra).

Singular por su altura y sus pies, siempre gustó de la medicina pero su talento estaba ahí, en los minúsculos y desproporcionados pies: su 1,93 metro de altura se sostenía en deformados pies de calce 39, un hueso desencajado en el talón era el arma de sus inverosímiles tacos.

Botafogo de Riberao Preto (1974-1978), Corinthians (1978-1984), Fiorentina (1984-1985), Flamengo (1986-1987), Santos (1988-1989) (404 partidos y 209 goles), siempre con el título de médico bajo el brazo (desde los 23 años).

Jugador desigual, elegante, técnico, desprejuiciado, libre, no veloz, preciso, holgado, cabeza alta, símbolo y capitán de uno de los mejores equipos brasileños de la historia que jugó un fútbol irrepetible: Junior, Cerezo, Zico, Falcao, Serginho, Eder.

No ganó un título mundial y fue una de las mayores injusticias que permitió el fútbol. En 1982 (Brasil) fue eliminado por Italia (2-3) en lo que se conoce como La Tragedia de Sarriá. En 1986 cayó en el memorable partido frente a la Francia de Michel Platini.

No le fue bien en Italia (Fiorentina), tampoco como médico (ya retirado) ni como pintor ni como músico (discos no editados) ni como político, ya que rechazó todas las invitaciones de Lula Da Silva, ni en su loco regreso (a los 51 años) al Gartforth Town, club norteño de Inglaterra (1 mes).

"No hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden", insistió hace poco, cuando la muerte ya le había dejado su tarjeta.


"Los futbolistas somos artistas y, por tanto, somos los únicos que tenemos más poder que sus jefes", decía. Y jugaba como decía.

Entonces (1982) en sintonía con el clima del país que se levantaba contra la dictadura de João Baptista Figueiredo (1979-1985) creó (junto a Wladimir, Casagrande y Adilson Monteiro) la democracia de O Timao. Todas las decisiones por votación y consenso (horarios de los entrenamientos, comidas, formaciones, fichajes, despidos y libertad de acción del futbolista fuera del club.

"Para mí", reflexionaba Sócrates; "lo ideal sería un socialismo perfecto, donde todos los hombres tengan los mismos derechos y los mismo deberes. Una concepción del mundo sin poder".

Líder de vestuario en el club que se convirtió en la imagen de la (pacífica) resistencia brasileña en contra la dictadura, colaboró para la asiduidad de pancartas como "Democracia", "Quiero votar a mi presidente" y "Derechos ya" en los estadios, como en aquel atestado Pacaembú de (37.000) voces expectantes que esperaba la inminente final del torneo paulista (1983) entre Corinthians y São Paulo y vio saltar al espigado de barba y camiseta “ganar o perder pero siempre en democracia”, el mismo que, minutos después, marcara el único gol del partido, el gol del campeonato.

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3 comentarios:

Ruben dijo...

No compro la versión del demócrata jugado. Me quedo con el enorme jugador que fue.

Anónimo dijo...

Era una niña aun pequeña, y admiraba ver desplazarse por la cancha a Sócrates, con esas piernas tan delgadas y largas, no me perdia ni un solo partido donde él estuviera.
Dios le de paz a su alma.
Monica (Uruguay)

Patota Potente dijo...

"No hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden"
Uno de los posts mas lindos que sacaste de la galera, Caligula...
Mil gracias...
coincido 100% con Mónica...ese sería mi comentario.
Abrazo!