1 de febrero de 2012

Alta tragedia en el fútbol de Egipto: Al Masri vs Al Ahli.


01.02.2012 - No menos de 70 muertos y 300 heridos (hasta el momento) es el saldo de los trágicos enfrentamientos producidos en Port Said (Egipto), durante el partido que disputaban Al Masri vs Al Ahli (El Cairo) (3-1).

Con el partido ya definido, los hinchas bajaron (en marea) al césped y corrieron hacia la parcialidad (y jugadores) visitante (y enemiga). Los jugadores llegaron a recluirse en los vestuarios pero los enfrentamientos produjeron una de las peores tragedias en la historia del fútbol.


La gente del Masri acorraló a la del Ahli e hizo una carnicería con cuchillos y botellas. Cadáveres con impactos en el rostro, heridas, hemorragias internas, asfixia, fracturas graves y, según el Ministerio de Sanidad, no pocas personas muertas por caer desde las tribunas.

El Gobierno ordenó la suspensión del resto de los partidos de la jornada, entre ellos el que debían disputar en El Cairo el Ismailiya y el Zamalek (clásico del Ahli). Seguidores del Zamalek no aceptaron la orden gubernamental y se lanzaron (también) a violentos disturbios en las calles.


"Las fuerzas de seguridad nos abandonaron, no nos protegieron", contó Mohamed Abou-Treika (jugador de Al ahli), "un hincha acaba de morir en el vestuario, delante de mí, esto no es fútbol, esto es una guerra y la gente está muriendo frente a nosotros, no hay movimiento, ni seguridad, ni ambulancias".

"Varias personas han muerto. Estamos viendo cadáveres, no hay fuerzas de seguridad o personal del Ejército para protegernos", contó Mohamed Barakat (Al Ahli).



Sobrevivientes fueron retirados del estadio en camiones blindados mientras se tratan de dilucidar las causas profundas que provocaron estos hechos y trascienden al fútbol. La explícita rivalidad entre el Masri y el Ahli puede ser el escenario y el caldo de movimientos políticos posrevolucionarios luego de la reciente (y fogoneada) caída de Hosni Mubarak. Muchos espectadores entraron al estadio portando cuchillos y otras armas y la inacción policial sorprendió a propios y extraños.

Por lo pronto, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político de los Hermanos Musulmanes (pro EE.UU.), ya acusó a los partidarios de Hosni Mubarak por los disturbios que terminaron en tragedia: "Los acontecimientos de Port Said están orquestados y son un mensaje de los remanentes del antiguo régimen", denunció el vicepresidente del PLJ, Esam al Arian, en un comunicado difundido en el sitio web del movimiento islamista.


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