10 de julio de 2013

La delegación de Islas Malvinas llega a los Island Games - Bermuda 2013


10.07.2013 - La dirigencia de Bermuda, (otro) “territorio británico de ultramar” situado a 1000 kms de Carolina del Norte (EE.UU.) y a 8000 de Inglaterra, acaba de recibir al primer equipo participante en los inminentes Island Games 2013. La (primeriza) delegación de Islas Malvinas llegó a Bermuda desde Gatwick, Londres (previo viaje desde las Islas en vuelo de la Royal Air Force) para participar en atletismo, badminton, fútbol, golf, tiro y natación.

El fútbol de Bermuda no anda de sobresaltos. Entrenando para lograr una de tres medallas entre cuatro participantes, el clima futbolístico sigue su rutina con agentes del Chelsea rescatando talentos (menores de 16), el torneo Live Free (fútbol para recaudar fondos para un fondo de becas en memoria de un joven asesinado en 2011) y las clínicas HSBC Pro Soccer dictadas por (el ex internacional de Bermuda) David Bascome.

El (modesto) equipo de fútbol de Islas Malvinas llega a Bermudas con altas expectativas (dada la mínima inscripción de participantes) de llevarse una medalla

Mientras tanto, Dick Sawle, miembro de la Asamblea Legislativa de Islas Malvinas, sale a dar notas periodísticas bailando sobre extraños conceptos y una ambigüedad que no resiste análisis.


Para Sawle, la historia no tiene principio, hoy es hoy y la memoria sólo llega hasta el año que él considere necesario (“fuimos invadidos por Argentina en 1982”)

"La cultura política británica - dice - está firmemente arraigada en el sistema democrático de Westminster que es ampliamente considerado como el hogar de la democracia moderna. Es cierto que Gran Bretaña era una potencia colonial y muchos libros se han escrito acerca de los pros y los contras del pasado colonial de Gran Bretaña. Pero en el caso de las Islas Malvinas, la relación colonial con Gran Bretaña no es más que una parte de nuestra historia y de la historia de Gran Bretaña”.

Sawle cita a la ONU, organismo que Inglaterra desoye en su pedido de diálogo por la soberanía de las Malvinas, para contar que (la ONU) reconoce el derecho a la libre determinación como un derecho humano, denota que (los malvinenses) “contamos con nuestro propio gobierno electo y que no tenemos ninguna dependencia financiera de Gran Bretaña” y, a la vez, cuenta sobre la Mount Pleasant como “una fuerza de disuasión bien entrenada y equipada, proporcional a la (baja) amenaza argentina”.

Los polémicos (y surrealistas) dichos de Sawle no evitan arista interpelada e incluso llega a contar sin perjuicio alguno que “la exploración petrolera y el desarrollo posterior tiene potencial para convertirse en un cambio de juego para las Malvinas, tanto en términos económicos y geopolíticos. Hay dos principales compañías petroleras activas en la actualidad en las Malvinas y otras que están a punto de hacer el trabajo más experimental. Algunos de exploración ya se ha producido y ha tenido éxito en la búsqueda de reservas de petróleo.”



Sawle rechaza al eurodiputado español que apoya la soberanía argentina sobre las islas (“el eurodiputado español no tiene autoridad para hablar en nombre del Parlamento Europeo”), minimiza la importancia del apoyo diplomático chino (“es evidente que los chinos ven un hilo común con su disputa con Japón pero considero que China no tiene conocimiento de todos los hechos relativos a las Malvinas”) y el apoyo unánime de toda la región latinoamericana con una tesis inclasificable (plagada de voluntarismo y autorreferencias):

“No se nos ve (en Latinoamérica) como personas beligerantes sino como razonables e inteligentes que simplemente deseamos ejercer nuestros derechos. Muchos habían visto esta diferencia como una disputa entre Gran Bretaña y Argentina. No es así (?). Esto nos involucra, y tal vez la mayor fuerza del referéndum fue el énfasis que le dio al hecho fundamental de que tenemos nuestra propia voz y que no puede ser ignorada".

(Como frutilla) Sawle no dejó de aconsejar al gobierno argentino. Sabe que la llegada armada de Argentina a las islas fue un manotazo militar (inconstitucional) ya que “la amenaza de la acción armada de Argentina es altamente improbable dado el hecho de que las fuerzas armadas han tenido recortes en sus presupuestos año tras año con la intención de hacer imposible un golpe de estado militar en Argentina”.

No obstante dice haber leído en la prensa (imaginamos cuál) que el ciudadano común argentino está “cada vez más desencantados con sus autoridades políticas” y que “siempre habrá aquellos que ignoran los verdaderos hechos y ven las Malvinas como el "santo grial" del orgullo nacional”.


Con todo, la delegación malvinense llega temprano a Bermuda para lidiar en los Island Games 2013. Los muchachos se pierden las primeras emisiones radiales que llegan a las Malvinas desde Río Grande (Tierra del Fuego) con boletines (en inglés) de noticias sobre Argentina.
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