23.08.2011 - “Quiero agradecer al señor Daniel Vila”, fueron las palabras de Grondona al ingresar a la reunión, en la sede de la calle Viamonte (AFA).
Y ahí estaba el enemigo (presidencial), Daniel Vila, con el resto de los dirigentes de la B Nacional que, luego de ido el Presidente, fue (duramente) recriminado.
“Es preciso saber que la guerra es común (a todos los seres), y la justicia es discordia, y todas las cosas se engendran por discordia y necesidad… en una armonía de tensiones opuestas, como las del arco y de la lira.” (Heráclito).
Luego de 4 años y fuera de todo consenso o autorización, Daniel Vila decidió (unilateralmente) abrir las puertas visitantes del estadio del club que preside (Independiente Rivadavia) en Mendoza para recibir a la gente de Ríver en su primer partido como visitante en la categoría.
Más de diez mil hinchas asistieron como “neutrales” que cantaron por Ríver. La experiencia fue exitosa. El partido terminó bien e incluso ambas parcialidades salieron del estadio (casi) en simultáneo.
Apenas enterados de la movida, dirigentes de Gimnasia y Esgrima y Rosario Central se pusieron en marcha hacia el mismo destino. Y enterado Julio Grondona de todo el combo aceptó, como todo romano aceptó la religión lugareña, que la veda había caído.
No se plasmó el torneo de 40 equipos (Primera A + Nacional B). No obstante Ríver es televisado por “Fútbol para todos” y la parcialidad visitante reingresa a los estadios en todas las categorías. Aceptadas las religiones lugareñas los impuestos siguen cayendo en el mismo saco.
Y Daniel Vila, que tomó la medida violatoria por el sólo hecho de afrentar (y erosionar) la autoridad de Julio Grondona terminó aceptando el agradecimiento público del presidente y las recriminaciones de todos sus colegas de divisional (por haberse cortado solo).
Las tensiones opuestas del arco y de la lira volvieron a sacar adelante una medida bienvenida (al parecer) por todos, salvo por el COPROSEDE. Medida tomada después de cuatro años en los que no se hizo nada (en absoluto) para modificar el estado de situación que provocó la veda. Medida tomada de impulso, después de una prueba piloto hecha a la fuerza y que no significa un mínimo mosaico serio de prueba.
El hecho es que Don Julio dio vía libre a los hinchas visitantes y a que los clubes modestos reciban las inverosímiles recaudaciones que puedan dejar Ríver, Gimnasia y Rosario Central (entre otros). Pero también les dejó el paquete de encargarse, cada uno, de los dispositivos de seguridad correspondientes.
Así encontramos clubes sin tribunas visitantes (Chacarita y otros), provincias de legislaciones diferentes y un cordón del Gran Buenos Aires que (otra vez) movilizará demasiada gente en horarios simultáneos.
Rápido, el gobernador Daniel Scioli se sumó a la corriente: "Nosotros estamos trabajando con el ministro de Justicia, (Ricardo) Casal, para generar las condiciones y para facilitar que eso ocurra." Esperemos que luego resista los reclamos al Estado cuando la barra de tal pase a dos cuadras de la barra cual y dejen muertos en el camino.
Don Julio anunció la medida, agradeció a su enemigo (que le permitió hacer lo que ya venía mascando) y se fue. Quedaron los directivos del Nacional B que, según cuentan, casi se van a las manos contra Vila haciendo puertas adentro, lo que la veda impedía desde hacía 4 años en los estadios… la misma tensión encontrada del arco y de la lira que generó la prohibición.
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