Con goles de Sebastián Saja (´34 penal) y Gabriel Hauche (´88), Racing venció (2-0) a Belgrano en el Cilindro por la jornada 9 del Torneo Final 2014.
Fue un partido clave. La mesa estaba preparada para servir la cabeza del entrenador, el mismo Mostaza Merlo que tomó las riendas de un grupo deshilachado y último en el torneo anterior, el que tiene la espalda ancha por haber terminado con 35 años sin títulos (2001), el último fusible que separa la cuestionada dirigencia del hincha de tablón.
Cinco derrotas consecutivas y el promedio crítico generaron grietas que se llenaron de operaciones. La bandera que rezaba “$aja mercenario. Jugadores hijos de puta”, flameaba impasible en la grada. Era la traducción de la otra bandera que había aparecido en el club durante la agitada semana de reuniones: “Limpieza ya. Sajarrucho, Camaranesi, 5 DTs, mismo plantel, con Mostaza NO.”
Operaciones internas que sostienen al entrenador como último dique ante una comisión directiva de escasa legitimidad. Correr el foco y señalar a Saja “culpable” a través de banderas anónimas deja al descubierto la autoría intelectual. Saja y Camoranesi, los líderes, son quienes alzan la voz del plantel y van por los $ pactados en tiempo y forma, aun ante la colección de derrotas (como si el salario fuera a cambio de victorias y no de trabajo).
Pero resultó que el apuntado, el señalado arquero, resolvió cuatro atajadas en un minuto antes de convertir el primer gol del partido (penal ´34) y seguir como goleador del equipo (3 goles, de penal).
La bandera (“$aja mercenario…”) se iba tapando y, al final del partido, después de que Hauche pusiera el 2-0, llegó a escucharse otro canto: "Que boludos, que boludos, ahora la bandera se la meten en el culo."
"Nuestro rival éramos nosotros mismos", dijo Saja (ovacionado), “la mejor manera de hablar es dentro del campo. A veces las cosas no salen bien. Más que palabras hay que tener acciones".
La división de las gradas, propiciada por el tándem dirigencia – barra, ya quedó plasmada. Ya no importa cómo juega o quién juega en Racing. No hay tiempo para esas sutilezas. Es ganar o perder, el primigenio objetivo que hace rodar la pelota y la cabeza de los perdedores.
"No estamos pasando un buen momento, nuestro campeonato es malo, es entendible que la gente esté disconforme. Debemos crecer y seguir trabajando", atenúa Saja.
En efecto, Racing es el peor equipo de la temporada: sumó 20 puntos sobre 81 posibles (24.69%) con cinco entrenadores en el banco (Luis Zubeldía -cuatro partidos-, Fabio Radaell –interino-, Carlos Ischia -cinco partidos-, Nacho González -interino- y Mostaza Merlo -16 partidos-).
Ganar o perder. Pasa a ser una cuestión de fe si Merlo resucita o muere para siempre. Lo que ya está confirmado es que está sentado al medio de la mesa de la última cena.
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