Esteban Solari

La portación de apellido no suele venir acompañada de tantos éxitos como problemas de identidad. La portación de familia pareciera atenuar la cuestión en ciertos casos.
Buscando argentinos silenciosos por el mundo, Sebastián F. Castaño se detiene en una parte del apellido Solari.

[Sebastian Fernandez Castaño]

No es el más famoso de los Solari. Su padre Eduardo y su tío Jorge, jugaron en las décadas del 60 y 70 y dirigieron numerosos equipos como entrenadores. Su papá incluso tuvo la oportunidad de dirigir en un Mundial, cuando en 1994 fue el técnico de la Selección de Arabia Saudita. Su hermano Santiago brilló en el River de mediados de los 90 y fue campeón en Europa con el Real Madrid y el Inter. Su hermana Liz María, es una de las modelos más bellas de la Argentina.

Actualmente en el Almería de España, Esteban, en silencio y con mucho esfuerzo, ha desarrollado una carrera tal vez menos exitosa y ruidosa que la de sus familiares, pero no menos meritoria.

Profesor de Educación Física recibido, siempre tuvo pasión por el fútbol. Nacido en Rosario el 2 de junio de 1980, pasó su infancia practicando deportes junto a sus hermanos Santiago, Martín (que es contador) y David (también futbolista, hoy en el Azogues de Ecuador). La profesión de su padre le permitió recorrer el mundo y con tan sólo 14 años tuvo la oportunidad de hacer una pretemporada con el plantel profesional del Morelia de México, que en aquel entonces dirigía su papá.
Pasó por las inferiores de Vélez, River y Estudiantes, pero su debut como profesional se produjo en el año 2001 en Defensa y Justicia, en la B Nacional. En esa categoría también jugó en Argentinos Juniors y Gimnasia de Concepción del Uruguay, aunque en ninguno de los tres equipos llegó a consolidarse.
En el 2003 decidió cambiar de rumbo y partió a Italia, donde jugó una temporada en el Chioggia, equipo que militaba en la tercera división. Allí marcó nueve goles en 18 partidos y al año siguiente fichó para el Lierse de la primera división de Bélgica, donde 5 goles en 23 encuentros.
Luego de esas incursiones no del todo fructíferas, para la temporada 2005/06, llegó al Apoel de Chipre, donde su carrera daría un salto de calidad, a pesar de que la liga chipriota no es de las más competitivas. Allí se consagró campeón y fue el goleador de la liga 2006/07, lo que le posibilitó pasar al fútbol mexicano.
Los Pumas de la UNAM lo venían siguiendo desde su primer año en el Apoel y no dudaron en contratarlo para reforzar la delantera.
En México también se cansó de quemar redes: fue goleador de su equipo y estuvo a punto de ser campeón en el Apertura 2007, cuando Pumas cayó en la final ante Atlante. En total entre las dos temporadas, marcó 41 goles en 40 partidos, 25 en la última, en la que se ubicó tercero en la tabla de artilleros. Tras esta performance, el Almería de España compró su pase en 3,8 millones de euros.

Su primer año en España fue el más flojo de los últimos cinco de su carrera. En toda la temporada jugó apenas un partido completo y convirtió sólo 3 goles. “Es difícil adaptarse al fútbol español, requiere un tiempo de aclimatación, hay un plantel muy grande, con mucho recambio. Es cuestión de perseverar y tener tiempo para lograrlo”.
Surgieron rumores sobre un posible traspaso al Cruz Azul pero negó cualquier contacto con el equipo mexicano reafirmando su deseo de quedarse en España para dar vuelta la historia, destacarse y alcanzar un nivel de reconocimiento mayor para una carrera que de por sí es un tanto irregular y exótica pero para nada despreciable.

Con un 1,88 metros de altura, potencia, buen manejo de pelota y habilidad en las dos piernas, Solari tiene condiciones para revertir la historia y dejar huella también en España. Ese es su desafío.

ENTREVISTA A ESTEBAN SOLARI
GOLES DE SOLARI EN PUMAS