11 de diciembre de 2009

Fate en la camiseta de Boca.


RETROTAPA Nº 20

Sorprendimos a Jorge Schussheim con nuestro post del mes de marzo (09). Allí contábamos que “… fue en el primer semestre de 1967 cuando se vió por primera vez lo que puede considerarse una publicidad en la camiseta de un equipo. Crush había firmado un contrato de exclusividad en la Ciudad Deportiva de Boca, en la Costanera Sur -por entonces en pleno proceso de construcción, aunque nunca pudo concretarse- y ofreció extenderlo a los equipos de primera, reserva y tercera. Boca aceptó los 60 millones y los equipos salieron a la cancha durante un tiempo con buzo azul con vivos amarillos y la inscripción CRUSH en el centro del pecho y la espalda”.

“Y yo que estaba seguro de haber inventado la publicidad en las camisetas!” – comentó Jorge.

Así, hasta 1983 en que apareció, brevemente, “Vinos Maravilla” en la franja dorada de Boca, las camisetas mostraban los “puros” y “sagrados” colores del club.

“Soy absolutamente afutbolístico (fuí a la cancha una sóla vez y me aburrí) – nos cuenta Jorge - fui amigo personal de Tato desde mucho antes de escribir para él. Formábamos parte de una barra de amigos, todos mucho mayores que yo, en la que participaban Jacobo Timerman, Homero Alsina Thevenet y otros.
Cuando lo echaron de canal 11, tres días después de la muerte de Perón (04.07.1973), vino a verme a la agencia de publicidad en la que era director creativo a preguntarme quién le podía escribir una obra de teatro. Sin pensarlo dos veces le dije que yo mismo. Ahí me pidió un monólogo contando la historia de cómo lo habían rajado. Eso fue un viernes; el lunes se lo mostré y me dijo que desde ese momento yo era su libretista”.

¿En qué te inspirabas para escribirle los monólogos?

"Me inspiraba en las cosas que Tato me contaba, como, por ejemplo para Hello Tato (la primera comedia musical que le escribí y compuse y que dirigió mi mujer, Lia Jelín), Tato, que estaba por cumplir los 48 años, andaba deprimido con "il morto qui parla" y no paraba de joder a todo el mundo con que estaba poniéndose viejo y esas cosas. Entonces uno de los cuadros de ese espectáculo (en el que aparecía Tato en osito durmiendo con su mujer en una cama con forma de ataúd) era sobre ese tema".

Lo hemos visto a Tato estudiando monólogos de mañana por Palermo, ¿tenía algunas quejas o pedidos especiales para la elaboración de los textos?

"Tato era muy exigente ya que era muy inteligente y sabía lo que quería. Jamás improvisó en el escenario, pero tenía esa manera maravillosa de decir los textos que le escribíamos todos sus libretistas como si salieran de su pensamiento".

¿Cómo se combinan Tato, vos y el fútbol?

"Le escribí varias obras teatrales a Tato entre 1975 y 1978. El año del mundial, Tato hacía revista en el Maipo con un largo monólogo mío. Yo estaba impresionado por la cantidad de sponsors que lucía el Lole cuando corría F1 y tenía el mameluco lleno de marcas.
Entonces lo hice aparecer a Tato igual, con el frac lleno de stickers de marcas. Incluso en un momento se abría la bragueta, sacaba un cartelito de Amargo Obrero y decía:

"Ven? Hasta aquí me auspician".

El monólogo cerraba con el relato de un partido de fútbol entre marcas comerciales. Tato decía: "Se me ocurrió ponerle marcas a las camisetas de los jugadores. Imagínense lo que sería el relato del Gordo Muñoz..." Y relataba el partido así, como por ejemplo: "El pícaro triangulito de sabor (Adler) le comete foul a Pindapoy, pura fruta, mientras Jockey Club, que no tiene nada que decir, se tapa los huevos para el tiro libre..." Todo en ese tono con productos de la época…
Al salir, la noche del estreno, me lo encontré a Manuel Madanes (presidente de Fate), quién me felicitó y me comentó lo original que le había parecido la idea esa. Más tarde puso su marca en las camisetas de fútbol".


 

4 comentarios:

WILDE dijo...

Monumental Tato!

Alberto Pez dijo...

Tengo mi "Fiat Sevel" mangas cortas, blanca y con la banda a lo Alemania como la de Maranga, es del... 93"???...si alguna vez hacemos fulbito, la llevo, Calígula...mi objeto más preciado junto con una de piqué que ya perdí.
Esa me la regaló mi vieja a los ocho años, tenía un 11 de cuerina cocido a máquina.
Era costurera doña Chiquita.

Marco dijo...

Grande Patota!

Tony Blas dijo...

Brishante!!!