24.05.2010 - Wilde - Por la ida de la Promoción entre el Torneo Argentino A y el Torneo Nacional B, Ramón Santamarina de Tandil, subcampeón del Argentino A, recibió a la Comisión de Actividades Infantiles (CAI) de Comodoro Rivadavia, el promedio más bajo de equipos no afiliados a la AFA de la BN, en el partido de ida por una de las Promociones de la principal categoría de ascenso jugado en el estadio General San Martín de Tandil.
Santamarina va por su segunda oportunidad para hacer realidad su sueño de instalarse en la segunda categoría del fútbol nacional, tras haber perdido la final por el ascenso directo ante Patronato de Paraná (ascendido). Diego Barrios Suárez y Darío González, suspendidos, fueron reemplazados por los pibes Claudio Farías y Amiel Cuestas.
La CAI, que jugaba mucho mejor, se adelantó en el marcador con un tanto de Mauro Villegas a los 25 del primer tiempo, mientras que Nahuel Santos y Emanuel Giménez lo dieron vuelta a los 31 de la etapa inicial y a los 17 del complemento, respectivamente, pero la CAI marcó el 2-2 definitivo (Jorge Piñero Da Silva) en el cuarto minuto de descuento y cuando se habían adicionado tres. La bronca de los locales estuvo dirigida al árbitro, Pablo Díaz, que fue increpado y agredido cuando se invadía el campo de juego.
La CAI es una abonado permanente a las promociones desde hace ya cuatro temporadas. Hasta el momento todos los cotejos que afrontó salió airoso y pudo sostener su lugar en la segunda categoría del fútbol argentino, aunque claro está que le cuesta hacer una buena temporada en la B Nacional sin pasar por la promoción.
La temporada 2002/2003 le ganó en el global a Racing de Córdoba por 4 a 3. El siguiente año dejó en el camino a Atlético Tucumán con un global de 2 a 0. En la pasada temporada eliminó a Patronato de Paraná (recientemente ascendido) por un total de 5 a 1 en el ida y vuelta.
La vuelta es el próximo domingo (30 de mayo) en Comodoro Rivadavia.
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1 comentario:
Triste consecuencia de una sociedad que solamente valora el éxito. Ya es una penosa costumbre ver que los perdedores no aceptan la derrota.
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