9 de febrero de 2012

Astillas de fútbol sala.


09.02.2012 - «La verdad es que he tenido mucha suerte», resume Jose P. (26), el empresario barcelonés que terminó clavado.

Jugando para su equipo, el de la Peña Sang Culé del Barcelona (vs Club Cornellá) por la división Preferente en el pabellón municipal (del barrio) de Sant Ildefonso de Cornellá de Llobregat (Barcelona) se encontró con una desagradable sorpresa.

En el minuto 18, cuando los azulgrana ganaban (0-2), Jose P. escapa por la banda derecha, elude a un rival y al llegar a la esquina del córner se desliza por el suelo para hacer un centro con su pierna diestra y... se acabó el partido: una astilla de 40 centímetros que se desprendió del parqué quedó atravesada en su muslo izquierdo.

No tocó hueso, tendón, músculo, nervio o arteria. José entró al Hospital de Bellvitge (L'Hospitalet de Llobregat) con «un cuerpo extraño en la pierna» y salió después de que se lo extrajeran y limpiaran la herida.

«En Brasil un jugador murió por esto», recuerda José. Fue Robson Rocha (23), jugador (brasileño) de fútbol sala que en marzo de 2010 falleció en Paraná (Brasil), cuando al deslizarse como él una placa de parqué desprendida se le clavó perforándole la pierna derecha y el abdomen.

«El Ayuntamiento se ha portado bien. Me llamaron para saber cómo estaba, pero entiendo que ellos deben asumir su responsabilidad».
.

No hay comentarios.: