21.05.2012 - Desde que la Champions League se disputa con el formato actual (1992-93), nunca hubo un finalista local. Las circunstancias pudieron inducir que, después de eliminar al Real Madrid en semifinales y sin Barcelona enfrente (eliminado por Chelsea), Bayern Munich no tendría otra opción que festejar el título en casa, el Allianz Arena de Munich.
Así fue que la dirigencia del “Gigante de Baviera” programó una cena pospartido en Postpalast (Munich) para recibir a 450 asistentes, entre los que (obviamente) se contaba a todo el plantel.
El protocolo obliga y, después del (inesperado) alargue y la (menos esperada) serie de penales, alrededor de la 1.30 de la madrugada llegaron los comensales, entre los que se vio la inexplicable cara de nuestro Arjen Robben (que, penales mediante, seguirá siendo jugador LPND).
A 22 años del “Siamo fuori”… otra confirmación de que “los partidos hay que jugarlos”.
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