23.06.2012 - "El partido de la deuda" se lo llevó (previsiblemente) Alemania. El equipo de Joachim Low fue superior y venció (4-2) a Grecia para pasar a las semifinales de la Eurocopa 2012.
No justamente por el parejo nivel de potencialidades fue el "partido especial" de la Copa. No sólo las apuestas favorecieron a los teutones. Griegos y alemanes, los protagonistas de la incipiente ruptura euro, se cruzaban futbolísticamente en el momento de la peor crisis europea.
A la cabeza de la Unión Europea, Alemania (5.4% de desempleo) exige austeridad y más desempleo al estado griego (hoy 22.6%) a cambio de una inyección de dinero llamada "rescate" que, lejos de ir a sus habitantes (estado), sólo va a los bancos griegos para que estos puedan pagar a los millonarios inversionistas acreedores. Para ello, el estado griego deberá despedir miles de empleados, aumentar impuestos, aumentar la edad jubilatoria, reducir los presupuestos de salud, seguridad y educación, bajo estricto mandato y operativo de los banqueros impuestos a la cabeza su propia administración de Estado (la pérdida más grande de soberanía en tiempos de paz jamás vista).
Así las cosas, el presidente (socialista) griego Yorgos Papandreu fue destituido después de conocerse su decisión de exponer el plan de austeridad (ajuste) a votación (plebiscito). En su lugar, la UE puso al banquero Lucas Papademos (ex vicepresidente del Banco Central Europeo) quien preparó el camino para la reciente elección presidencial griega.
El conservador Andonis Samarás se impuso con un 30% de los votos sobre un 27% de la izquierda radical (Alexis Tsipras) y formó un gobierno de "coalición" con Vasilis Rápanos (presidente del primer banco privado griego) como flamante Ministro de Economía.
Todo esto hizo del duelo copero, "el partido de la deuda", el más político de los partidos de una Eurocopa que atraviesa la actualidad política del viejo continente. Entre los 14 países que lograron su clasificación figuran los del grupo PIIGS, el despectivo acrónimo (en inglés la suma de iniciales suena a "cerdos") que define los 5 países más afectados por la crisis europea. Y 4 de ellos, Portugal, Italia, Grecia y España lograron su pase a cuartos de final (sólo quedó afuera Irlanda).
"Llegamos a un acuerdo con Angela Merkel, bromeaba Joachim Low, ella no se mete en alineaciones y tácticas, y yo no me meto en sus posiciones políticas."
"No podemos mezclar fútbol y política. No es bueno hacerlo. El fútbol es un deporte y jugaremos para disfrutar", decía el tibio griego Samaras (delantero del Celtic), mientras los diarios de su país titulaban "Traigan a Merkel" (Goal News), "El derbi de la deuda", "Sed de venganza".
Y desde Alemania, Bild (el diario más leído de Europa) respondía: "Pobres griegos, la próxima bancarrota se la damos regalada... en el fútbol no hay rescate que los salve".
Los tibios festejos vistos en la Plaza de la Omonia (Atenas) cuando Grecia clasificó a cuartos para enfrentar a Alemania, fueron un cúmulo de frases irreproducibles contra Angela Merkel, la cara de los intereses banqueros que no duda en agregar que los "griegos tienen demasiadas vacaciones".
Tampoco los griegos residentes en Alemania se privaron de festejar en la calle. Aquí (abajo) un grupo de jóvenes griegos en las calles de Munich al grito de vencer a Angela Merkel (que impertérrita no se priva de presenciar el partido junto a Michel Platini).
"El deporte es una versión incruenta de la guerra y una refutación simbólica de la economía", escribió Juan Villoro. La lucha de los griegos por no quedar afuera de la Euro a instancias de Alemania tuvo su correlato en las elecciones del domingo 17 que consagraron a los conservadores para no quedar afuera del euro. Irónico, pues así ratificaron seguir bajo el ajuste de Berlín.
Finalmente Alemania, sin piedad, sacó a los griegos de la Euro (4-2). Y sin piedad, Alemania los mantendrá dentro del euro. No sólo las exportaciones alemanas a la zona euro (42%) lo necesitan sino también los capitalistas millonarios que compraron bonos impagables.
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