09.11.2012 - La excepcional presencia del Dorado en las costas del río Paraná, en Corrientes, reunía cantidades (industriales) de pescadores prestos a desafiar a salvajes y luchadores ejemplares de hasta 25 kgs. Los Esteros del Iberá, Esquina y Goya se iluminaron de pesca y hasta se forjó el sitio turístico.
Pero, con escaso tiempo de desarrollo, escasearon los grandes ejemplares dorados y buenos fueron los tipos de pacú, surubí, patí, maguruyú y boga.
Metáfora del mercado de jugadores argentinos (for export)? Antes se iban los muy buenos, después los buenos y después hasta los regulares y también, con escaso tiempo de desarrollo, el mercado se secó de ejemplares maduros.
El sitio (Argentina) se instituyó turístico y así como Goya se pobló de pescadores, Argentina de cazatalentos y hasta escuelas extranjeras. A falta de dorados grandes, buenos son los chicos y a falta de chicos buenas son las bogas.
Así, como los anzuelos del pescador, se afina el ojo del cazatalentos y ya no basta ver el mediocre fútbol de Primera División, ni la Segunda, ni el interior. Las divisiones inferiores ya están intervenidas y conjugadas en el desplegado sistema de timba financiera que aun domina los mercados globalizados. Ya no se apuesta aquí al valor futuro de un bono o una moneda: se apuesta al futuro de los chicos (muchos de los cuales no llegan a debutar en el fútbol profesional doméstico bajo promesas paradisíacas según rindan sus piernas).
Hoy, por ejemplo, sorprende Federico Andrada. ¿Bajo qué óptica? ¿Cómo llega un chico de 18 años, de quinta división, a ser nota de un diario deportivo?
A la jactancia informativa ¿puede oponerse la falta de noticias para llenar un espacio preestablecido?
Federico Andrada llega a ser noticia según la visión mercantil (y eminentemente numérica) que soslaya el propio fútbol. Nació el 3 de marzo de 1994, mide 1.81, juega en Ríver y su récord lo pone como “máximo artillero en la historia de las inferiores de Ríver”.
Nuevo título, nuevo récord, nueva observancia. Desde sus comienzos (2001) Andrada marcó 143 goles en inferiores y el número se pone en valor (a futuro) con el dato coloreado de haber superado al anterior récordman, José Sand (138), hoy penando en Racing.
Entrena en la reserva de Cesar Laraignee, juega en la quinta división de Claudio Viscovich, formó parte de la selección juvenil dirigida por Marcelo Trobbiani en el Torneo internacional ocho naciones de Sudáfrica y ya hizo su primera pretemporada con el primer plantel de Ríver a pedido del DT Matías Almeyda.
87 goles en infantiles, 16 en novena, 16 en octava, 13 en séptima y 7 en sexta; 37 goles en un mismo torneo, 8 goles en un mismo partido (vs JJ Urquiza). Números que se traducen en números: un contrato con cláusula de rescisión de € 15.000.000 (firmado en 2010) no deja de llamar la atención como si de un Dorado de 25 kilos se tratara. Si bien la cifra no supera a lo que alguna vez se ligó a Rogelio Funes Mori y sus goles inferiores superan a los del conocido José Sand, Federico Andrada se espeja en Batistuta y se esmera como Cavenaghi (?) para tener claro su futuro y evitar cierta idolatría que parece esperar a la vuelta de la esquina.
“Yo quiero debutar en River y ganar cosas en River, después si sale la chance de irme a un club de Europa que sea importante, me gustaría irme.”
Pero desde un sitio partidario (riverplatense) le repreguntan “¿Te quedarías a vivir en Ríver?” Y el pibe sigue adelante: “Sí, más vale. Pero bueno, ir a jugar a Europa te tienta, es mejor fútbol, hay más competencia”.
Dejemos descansar al Dorado y al Paraná...
.
1 comentario:
Highly ԁescriptіvе blog, I lοved that bit.
Will there be a paгt 2?
Μy web blog :: simply click the following post
Publicar un comentario