6 de junio de 2008

El gol como regreso.

Entre los rumores de teoría, táctica y estrategia que se suceden entre partido y partido a puertas abiertas o cerradas según el talante y la necesidad del entrenador y más o menos publicadas según el modo y la necesidad del periodismo, encontramos una idea que no se me ocurriría argentina y que sin embargo fue debatida una noche otoñal en una mesa porteña, café de por medio.

Casi a tono con el rol preponderante a que están siendo conminados los entrenadores en estos tiempos, con la urgencia de los resultados sobre la disponibilidad de recursos, el periodista, mojando la mente en el fútbol, indaga en la idea de lograr equipos de neta vocación ofensiva. “Si los jugadores realmente quieren ganar el partido deben comprender que el arco que les pertenece no es el que defiende el arquero de su equipo sino el que está amurallado por los once contrarios. Con esa convicción, cada ataque se transforma en un regreso. Meter la pelota en el arco equivale a volver a casa. Éste es el conflicto: unos quieren volver y otros, confabulados y rabiosos, tratan de impedirlo. Siguiendo esta idea, al encabezar un ataque, cualquier delantero podría viajar hacia el arco con la convicción de Ulises en su regreso a Ítaca. El deseo de volver es una fuerza poderosa. Lo sabía Homero y lo cantó Gardel en versos de Le Pera.”

Pocas dudas pueden quedar de que se trata del pensamiento de un escritor, de quien se detiene ante el fútbol, de alguna cana, años recorridos y no pocas horas de vuelo. Brevemente y en honor a nuestro protagonista diremos que descubrimos a priori el sello extranjero de la idea, una particular metáfora que representa simultáneamente, en dosis desiguales, la inquietud y el descontento asumiendo el rol positivo de la propuesta superadora del diagnóstico.

¿Qué transeúnte de nuestro fútbol, sea o no escritor, incluso entrenador, hubiera despachado una idea cuanto menos aproximada y aplicada a nuestros actores de la pelota: un estrato de jugadores cuyo promedio de edad baja de torneo a torneo, cuya experiencia emigrante suele no exceder el viaje desde el pago al club en busca del progreso por el sendero que se ha propuesto y que, expatriado, sólo regresa a casa de espaldas a la fortuna si no cubre las expectativas?

En efecto, la idea fue comentada por Manuel Vicent, escritor y periodista español que actualmente publica para El País.

4 comentarios:

Husky Siberiano dijo...

hola
gracias por pasar el otro día
el blog del Arse he tratado de mejorarlo dia a dia, para hacerlo interesante

están re buenos los trabajos en photoshop y los temas de este blog, de ahora en adelante paso a firmar luego de cada fecha del clausura.

saludos y ojalá me agregues a tus links

piterino dijo...

Buena metáfora, sin duda. El gol es el fútbol hecho carne, el fútbol hecho sentimiento palpable, y esa doble función de la portería (como meta de vanidades y meta de sueños protegidos) el fundamento último del propio juego.

Saludos.

Anónimo dijo...

Muy linda la idea de la agresividad hecha regazo.

Marco dijo...

@ francisco: se me dificulta un tanto responderte. De acuerdo, mandame tu mail. Tu pagina es muy buena.

@ albert camus: agregado.

@ piterino: nada que agregar.

@ alfredo berti: sin dudas.