09.06.2010 - Mario Trubiano - El fútbol del ascenso tiene un fuerte vínculo con los jugadores que se consagraron campeones del Mundo con la Selección Argentina en 1978 y 1986: 25 de los 43 (Daniel Passarella estuvo en los dos planteles) pasaron por allí (58 %) ya sea debutando, finalizando su carrera o como entrenadores.
Seis son los que debutaron en la B: Ricardo Bertoni (1978), Daniel Passarella (78 y 86), Jorge Luis Burruchaga (86), René Houseman (78), Héctor Enrique (86) y Luis Islas (86).
Bertoni jugó 30 partidos y marcó 12 goles en Quilmes en la B entre 1971 y 1973, antes de sumarse a Independiente donde rápidamente hizo historia al ser campeón Intercontinental en noviembre de 1973.
Passarella jugó para Sarmiento de Junín en el torneo de Primera C de 1973 (9 goles en 36 partidos) antes de llegar a River, tras una malograda prueba en Boca.
Burruchaga (el que más tiempo jugó en el Ascenso) estuvo tres temporadas en Arsenal de Sarandí, entre 1979 y 1981 (49 partidos, 7 goles), comenzó su carrera como DT en Defensa y Justicia (1999) y dirigió a Los Andes (2001) y ascendió a Arsenal en 2002.
Houseman debutó en Defensores de Belgrano (1971). El equipo del Bajo descendió ese año y el Loco fue figura en el torneo de Primera C de 1972, cuando Defe recuperó la categoría. Allí totalizó 38 partidos con 16 goles entre 1971-72 y 1982. Paradójicamente se retiró en el acérrimo rival, Excursionistas, club del que era hincha, con un partido en 1985 en la C.
El Negro Enrique debutó en Lanús en la C en 1980 y ascendió en 1981 (49 partidos, 16 goles). En la B del 82 jugó 22 partidos (8 goles). Tras su exitosa carrera ascendió con el Granate del Nacional B a Primera A en la temporada 1991/92 (39 partidos, 3 goles).
Islas atajó por primera vez en Chacarita a los 16 años, en el torneo de Primera B de 1982. Totalizó 21 partidos y pasó a Estudiantes de La Plata. En la temporada 2000/01 volvió al ascenso para Tigre en la B Nacional, donde jugó 12 partidos.
Entre los que se retiraron (8) figuran Ricardo Bochini (1986), Daniel Pedro Killer (1978), Julio Ricardo Villa (78), Rubén Galván (78), Sergio Almirón (86), Marcelo Antonio Trobbiani (86), Sergio Daniel Batista (86) y Néstor Rolando Clausen (86).
Lo del Bocha es anecdótico: finalizó su carrera en Independiente, su único club, en 1991 pero el 25 de febrero de 2007 y con 53 años, jugó 43 minutos para Sportivo Barracas Bolívar frente a Deportivo Argentino de Pehuajó, por el torneo Argentino C, la quinta categoría del fútbol del interior.
En tanto Killer desarrolló sus últimos partidos oficiales en Argentino de Rosario, en la temporada 88/89, con la paradoja de que fue subcampeón pero que no pudo evitar el descenso.
Villa debutó en 1970 en Quilmes y descendió. Jugó al año siguiente y otros tres más en la B (93 partidos y 20 goles). Después, en el final de su carrera, actuó tres temporadas en Defensa y Justicia en la B Nacional (93 partidos, 4 goles). Allí participó además de uno de los primeros proyectos de Sociedad Anónima en nuestro fútbol y tuvo cuatro pasos como entrenador tras el retiro. En esa categoría también dirigió a Quilmes, Atlético Tucumán y Tigre.
Rubén Galván jugó en Deportivo Morón en la B de 1981 (122 partidos) y se retiró en All Boys en 1982 (32 partidos).
Almirón jugó dos temporadas en Central Córdoba (92-94, 62 partidos, 15 goles) y casi asciende a Primera. Y en 1993 disputó 3 partidos en Talleres de Córdoba.
Trobbiani se sumó a Laferrere, en la temporada 93/94 donde jugó 17 partidos en la B Nacional.
Batista actuó 5 partidos en Chicago en 1992 y después estuvo dos temporadas en All Boys (97-99, 61 partidos, 1 gol) donde comenzó su carrera de técnico.
Clausen se retiró tras disputar 12 partidos para Arsenal en la temporada 97/98 de la B Nacional.
Los otros que militaron en el ascenso son Fillol, Luque, Lavolpe (los tres campeones en el 78) y Garré (86). El Pato debutó en la máxima divisional pero paso por la B en 1971 (23 partidos). Leopoldo Jacinto Luque jugó en Unión de Santa Fe (1973-74, 68 partidos, 15 goles), y consiguió el ascenso a Primera en 1974. Como técnico dirigió en Central Córdoba de Santiago del Estero (1988/89), Belgrano de Córdoba (1989/90) y Deportivo Maipú de Mendoza (1989/90). Mientras que el polémico Ricardo La Volpe, atajó 22 veces para Banfield en el torneo de la B de 1973. Garré debutó en Ferro en 1976 en la A y en 1978 fue campeón de la B (19 partidos) con el verde. En 1988/89 vistió la camiseta de Huracán (18 partidos, 2 goles) en la B Nacional. Y como técnico, dirigió a Gimnasia y Tiro de Salta, Atlético de Rafaela y Ferro.
En tanto hay siete campeones cuyo paso por divisiones de ascenso fue solo en la faz técnica. Ellos son: Norberto Alonso (5 partidos en Belgrano de Córdoba en 1990/91); Omar Rubén Larrosa (San Martín de San Juan (1996/97) y El Porvenir (2000-01); Jorge Mario Olguín (Argentinos Juniors (1996/97), Almagro (1997-99) y Deportivo Español (1999-2000) y Miguel Angel Oviedo (Racing de Córdoba entre 1991 y 1993).
De la generación del 86, José Luis Brown y Nery Alberto Pumpido hicieron dupla técnica en Los Andes en 1995. El Tata, además, dirigió a Atlético de Rafaela, Almagro, Ben Hur y Ferro. En tanto que el vasco Julio Olarticoechea entrenó a Talleres de Escalada en la temporada 2000/01.
Del plantel argentino para Sudáfrica 2010 hay varios que pueden continuar este sendero. Javier Pastore (Talleres Cba, 5 partidos en la 2006/2007), Mario Bolatti (Belgrano, arrancó en 2003/04 y ascendió en 2006, 49 partidos en total) y Diego Pozo (Godoy Cruz) debutaron en el ascenso.
Clemente Rodríguez, en tanto, hizo todas las inferiores en Los Andes, pero no llegó a jugar en primera.
Juan Sebastián Verón fue pieza clave del Estudiantes que se consagró en la B Nacional en la temporada 1994/95.
Mariano Andujar atajó los últimos 7 partidos del torneo Clausura 2003 para Huracán. El equipo de Parque Patricios descendió a la B Nacional, jugó 53 partidos y fue figura en la gran campaña del 2005, cuando el Globo quedó a un paso del regreso a Primera al perder la Promoción con Instituto.
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3 comentarios:
El Bocha jugó más minutos en Barracas que en el Mundial.
Pastore sobra.
Bien Mario!
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