20.02.2011 - Con gol de Pablo Mouche (´47), Boca venció (0-1) a Rácing en Avellaneda para reponerse de la goleada recibida y cambiar los ánimos.
El partido pudo verse como un test: los enganches (Giovanni Moreno y Riquelme) ausentes exponían al resto. Rácing (además sin Toranzo) salió a buscar el partido. Boca, sin brújula, no podía contener los laterales locales (Licht y Pillud), era desbordado y sólo la luz de Javier García impidió la apertura del marcador.
Pero fueron sólo 20 minutos. Entonces Rácing (carente de organizadores experimentados) volvió a caer en la anemia cíclica que se le conoció el torneo pasado.
Basado en la inesperada solvencia de Javier García y la movilidad de Pablo Mouche , Boca encontró que no tenía rival de peligro y se animó. Y con eso le bastó frente a un Rácing resignado que entregó el partido por propias limitaciones.
Rácing (sin Gio) muere en tres cuartos de cancha. Boca, en permanente construcción, ganó pero no disimula su vulnerabilidad. El criterio de Somoza y Rivero puede ser la base de un futuro menos turbulento.
Queda a la vista que Rácing extraña más a Gio que Boca a Riquelme.
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