17 de febrero de 2012

Las cavilaciones de Harry Redknapp.


18.02.2012 - No hay pausa en estos días de Henry James Redknapp, favorito e insuflado entrenador para el cargo en la selección inglesa desde que, el pasado 8 de febrero (2012), la Federación acelerara la renuncia de Fabio Capello.

Pero los días de Redknapp (64) empezaron a agitarse antes, ni bien empezado el año: el 23 de enero empezó a enfrentar el juicio por evasión impositiva sobre € 225.000, declarando (tras vidrio blindado) en el tribunal londinense de Southwark Crown Court, para explicar sobre las transferencias hechas por el serbio Milan Mandaric a cuentas suyas radicadas en Mónaco entre los años 2002 y 2007.

Se presume que el dinero deviene de las ventas del jugador Peter Crouch (hombre que Redknapp compró dos veces y vendió tres veces) pero el regordete y colorado entrenador declaró que el dinero recibido por Mandaric no era una coima sino un regalo de inversiones entre amigos: “el dinero recibido no fue un bonus sino una cantidad para invertir en Estados Unidos que creía el propietario del club ya había declarado”.

En el juicio Redknapp dijo ser “la persona menos avariciosa que puedes conocer”, exigió que le trajeran la Biblia para jurar por segunda vez sobre ella y se calificó de “muy desordenado como para siquiera tratar de manipular sus impuestos.”

Muy sencillamente (en menos de 15 días), el juzgado lo declaró inocente, aun cuando el susodicho y millonario Milan Mandaric fue su empleador (en el Portsmouth) cuando las transferencias se hicieron efectivas.

“Fueron cinco años de pesadilla”, dijo recién salido del juzgado. En efecto, esta historia comenzó en 2006, cuando ya era investigado por recibir un caballo de carreras de parte de un agente (intermediario) como comisión (coima) por otra transferencia. Entonces Redknapp, ácido, les dijo a los investigadores que no sabía si era dueño del caballo. Quizás sí era el dueño, quizás no. Pero, sea como sea, no importaba tanto porque el caballo era malísimo, nunca ganó una carrera y menos dinero.

Por aquellos tiempos (2008), cuando su modesto y generoso Portsmouth ganaba la FA Cup, ya era candidato para el cargo de entrenador de selecciones (en virtual reemplazo de Steve McClaren), pero la “ética inglesa” dictaminaba que, en juicio, no era adecuado tratar el tema.

Así las cosas, “la casualidad inglesa” en relación con “la ética inglesa”, dieron un hecho singular. A un par de horas de que Redknapp fuera absuelto en Southwark Crown Court, se conoce públicamente la (inducida) renuncia de Fabio Capello como director técnico de la selección inglesa.

Inmediata (y sugestivamente?) David Beckham, Alan Shearer, Sven-Goran Eriksson e incluso Alexander Ferguson salieron a proponerlo como figura ideal para el puesto.

¿Cómo negarse? ¿Es una pregunta plausible? ¿Cabe en el menú negarse a tal candidatura? ¿Por qué estas dudas? Porque Robson, Taylor, Keegan, Hoddle, Eriksson y Capello sólo sumaron gran merma en su currícula después de pasar por el puesto.

Los laureles de Redknapp no alcanzan para el centro de mesa de un distinguido banquete (1983-1992 AFC Bournemouth, 1994-2001 West Ham United, 2002-2004 Portsmouth FC, 2004-2005 Southampton FC, 2005-2008 Portsmouth FC y desde 2008 Tottenham Hotspur) pero “Redknapp tiene todo para ser el entrenador”, se sugiere sin espacio a la contraoferta. Es inglés, apasionado, regordete, colorado, mediáticamente picante, tío de Frank Lampard y, por si algo faltara, coleccionista de acusaciones de enriquecimiento ilícito.


Sus cavilaciones públicas, tratando de evitar el mote de “el entrenador negado”, terminan de cerrar y explicar los azares y las exageradas postulaciones:

“A largo plazo no es posible dirigir ambos equipos. Quizá se pueda hacer en la Eurocopa; pero no es viable a partir de la próxima temporada… Para la Eurocopa no sería un problema. Pero una vez que termine y empiece la nueva temporada en Inglaterra, deberé ser entrenador de la liga inglesa o entrenador de la selección..."

"Irme ahora, cuando estamos en una posición tan buena, no sería justo para el equipo. Tengo un buen trabajo, buenos compañeros y un gran equipo. Los aficionados son fantásticos conmigo. Tengo que seguir concentrado en el Tottenham…"

La “inglesa ética” de Redknapp no reconoce el valor de la palabra. Su conocida y festejada verborragia ante los micrófonos se volvió boomerang. “Sería imposible para un técnico inglés decir que no si es que le ofrecen el seleccionado nacional”, decía hace algún tiempo. Acaso cuando pensaba que la selección inglesa podía dejar de devorar entrenadores (?)
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