8 de septiembre de 2013

Higuaín en Nápoles.


08.09.2013 - Más allá de los números que apuntalan la carrera de Gonzalo Higuaín, no podemos diluir la sospecha o la sensación de “convidado de piedra” que transmite en el entorno de la élite del fútbol mundial. Su breve inicio en River Plate, donde 13 goles en 34 partidos le valieron el rutilante pase (sin escalas) al Real Madrid y su retrasada y resistida convocatoria a la Selección Argentina pueden reflejar un trabajo y cierta acreencia de su representante, Cacho Recasens.

Lejos de caprichos o arbitrariedades de un mercado que tiende a la inflación, esta carrera desigual de Gonzalo Higuaín no puede sino basarse en sus performances y encuentros con la red al compás de una limitada y no menos trabajada técnica.

Por razones de diversificación mercantil (marketing, intermediarios, inversionistas, etc) no terminamos de aceptar a clubes de élite como garantía de calidad de sus jugadores por lo que siete temporadas en Real Madrid pueden tener diversas lecturas.

Alternando goles decisivos, banco de suplentes y continuidades, Pipita dejó en Madrid la marca de 121 goles en 264 partidos (0.49), dato de efectividad traducible si se lo mete en la coctelera con el valor de mercado de los planteles madridistas, la competitividad de la Liga española y otros factores no menores.

Los años pasan y (no sólo) el banco de suplentes ya no le caía bien a Gonzalo: “voy donde demuestren que me quieren”, dijo después de contar que “mi ciclo en Madrid está terminado”.

Luego de una breve y velada novela de verano europeo, Gonzalo Higuaín encontró equipo bajando de la elite de los 8 grandes (en $) pero entrando (décimo) en la tabla de los diez traspasos más caros de 2013 y constituyendo la tercera venta más cara del Real Madrid (después de Ozil y Robinho).

El lugar en la Juventus se lo ganó el compatriota Carlos Tévez (de Manchester City en € 11.2 millones) y la plaza en Arsenal fue para el compañero madridista Mezut Ozil (€ 45 millones), por lo que el Pipita (hijo del Pipa) recaló en las filas del Nápoli (€37 millones) para atenuar la salida del querido Edinson Cavani al PSG (€ 64.5 millones).

Gonzalo Higuaín compareció ante periodistas y fotógrafos para decir lo que cada recién llegado dice, fue presentado ante el público napolitano que lo recibió como a un ídolo (?) e incluso, con menos de una decena de partidos jugados ya tiene su canción fan (a cargo del dúo Frank e Cerrone con Giancarlo Cervelli) y una pizza napolitana llamada “Higuaín 9”.



A poco, conociendo Italia, su accidente en Capri mantuvo en vilo a la dirigencia del club. Gonzalo se tiró al agua desde el mínimo trampolín del yate y dio de bruces contra una piedra… pero fue pasajero… ya hizo goles (vs Benfica y vs Chievo Verona).

Y hoy, en plena fecha de eliminatorias mundialistas que lo tienen ausente por suspensión, aceptó el convite de salir a vender sus propias camisetas autografiadas en los shops napolitanos.

Todo sea por mantener un valor de mercado que inevitablemente va cayendo por propio peso (?)


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