08.10.2013 - Nuestro violento fútbol argentino hizo posible que el Superclásico River – Boca, uno de los partidos más cotizados del mundo, se jugara sin público visitante (Boca): la peor erosión al espectáculo que, últimamente, brilla mucho más en las tribunas que en el campo.
La medida, reconfirmada por el Comité Ejecutivo de la AFA en la noche del 24 de septiembre (2013), tuvo su inicio el 22 de julio, en la previa de San Lorenzo vs Boca, cuando después de un centenar de balazos en las inmediaciones del Nuevo Gasómetro, la interna xeneize dejó el saldo de dos hinchas muertos: Marcelo Carnevale (33) y Ángel Díaz (44).
El operativo de seguridad dispuesto para el Superclásico amputado no se redujo. Comenzó a partir de las 10.30, incluyó unos mil agentes de Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional y Prefectura Naval supervisados por Sergio Berni (Secretario de Seguridad) y Darío Ruiz (subsecretario), desde el estadio y desde helicopteros que sobrevolaron la zona. Incluso las fuerzas de seguridad federales reforzaron con agentes las estaciones de trenes de Constitución, Retiro y Once y establecieron puestos de control en los peajes de Dock Sud (autopista La Plata-Buenos Aires), el Puente Pueyrredón, la Autopista del Oeste y sobre la General Paz. Las amenazantes pintadas xeneizes fogoneaban conjeturas y conspiraciones.
Un millar de hinchas de Boca se agolpó al mediodía en la puerta de la concentración del plantel, en Puerto Madero, en medio de otro estricto operativo de seguridad a cargo de Prefectura Naval, que dispuso una gran cantidad de agentes en el edificio y en sus alrededores. Después la División de Comando Operativa de la Policía Federal Argentina, escoltó al micro ´xeneize´ desde su partida del hotel hasta el estadio de River.
Una hora después hinchas de River sin entradas forzaron una puerta del Monumental (sobre la avenida Udaondo) e ingresaron a la platea Belgrano Alta mientras se veían escaramuzas sobre la bajada del Puente Ángel Labruna.
Al filo del comienzo del partido, el estilista Fabio Cuggini (confeso hincha de Boca y miembro del equipo de RR.PP. del club), fue agredido de palabra en la confitería de River y tras la intervención policial fue llevado al vestuario `xeneize` donde tuvo que ver el encuentro a través de un televisor y no en el palco como lo tenía previsto.
No sólo Cuggini estuvo privado de asistir al Superclásico. La prohibición de asistencia visitante se suma a los cada vez más complejos sistemas de venta de entradas de cada club en la víspera del nuevo sistema AFA Plus. Muchos hinchas de River vieron el partido “derrotados” por TV después de hacer largas colas, intentar la compra de su ticket vía Internet (Top Show) o buscar infructuosamente algún arbolito revendedor.
Con todo, el Monumental estuvo a pleno… y algo más. Se calcula que su aforo (unos 60.000 espectadores) fue excedido en un 10%.
Otro operativo, a cargo de la División de Conductas Delictivas de la Policía Federal, detuvo a cinco revendedores que contribuyeron a la superación de la capacidad permitida del Monumental. Dos de ellos son capos de “Los Borrachos del Tablón”: A Hernán García (el Melli) le secuestraron 100 tickets y $ 10.000; y a Andrés Fleitas (el Pelado) lo hallaron ingresando gente por molinetes liberados.
Del otro lado, la aventura del hincha de Boca fue infiltrarse. Hubo más de uno y se sabe de otro que, identificado por su tatuaje de Román Riquelme, fue duramente castigado y se encuentra (ahora) internado en estado grave.
La cuestión de cómo llega un hincha de Boca a presenciar un Superclásico en el que no se venden entradas visitantes no sorprende al argentino.
Oscar Moscariello (Vicepresidente Primero de Boca) aclara las dificultades que padece un hincha de Boca para conseguir entradas de partido regular: “En Boca sólo se comercializan 4.500 entradas para socios adherentes a través de Pago Fácil y se eliminaron las demás bocas de expendio… lo que se haga por fuera de este sistema es ilegal.”
La demanda suele superar a la oferta. Boca es una pasión grande a la que cualquier estadio le queda chico pero… pueden conseguirse entradas, por ejemplo, en Defensa 831 (San Telmo), Florida 971 (Microcentro), Magallanes 859 (La Boca) o en el antiquísimo bar La Perla, a cuadras de la Bombonera (Pedro de Mendoza 1899).
En este clásico bar de cervezas y picadas (fundado en 1885) puede verse a un tal Ismael que gestiona, estimado lector, su entrada xeneize. Pero usted también deberá saber que los socios gerentes de La Perla son Carlos Antonio (31) y Juan José Palmiotti (27), hijos de José Francisco Palmiotti, defensor adjunto del Pueblo para el turismo, hombre radical alineado al PRO de Mauricio Macri, padrino e impulsor político del actual presidente de Boca, Daniel Angelici.
Haga cola estimado lector hincha de Boca, respete la autoridad del millar de policías que lo rodean, acepte el ránking de socios, acomódese en la segunda fila del socio adherente, entienda que la policía, en lugar de patrullar la ciudad y los alrededores de su casa, esté abocada a escoltar barrabravas y sólo compre tickets legales. Acaso sea una buena forma de evitar que una banda de hinchas de River lo linche en el Monumental por señalarlo hincha bostero.
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3 comentarios:
Van a matar el clásico si siguen sin publico, el fútbol es para los hinchas!
Sólo puedo decir que viajar con la tundra de River en un transporte público es una experiencia detestable.
gracias
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