16.11.2013 - No corren afables vientos sobre el nombre de Alejandro Sabella (DT). Casi proporcionalmente al acercamiento mundialista (2014), crecen las críticas a su gestión que, merced a una digna colección de resultados, en el umbral de Brasil y con clasificación consumada, se torna coherentemente irreversible.
Nada ha cambiado en su sintonía interna. Un grupo constituído (sin Tévez), una sucesión de resultados positivos (que casi siempre superaron al rendimiento), un permanente culto del perfil bajo (a veces exagerado), una exhibición de meditación, cautela y humildad bastaron para que la prensa sea más que condescendiente con su selección.
Pero el notorio declive futbolístico y las carencias de equipo y de nombres que nunca pudo atenuar en todo el período se van desnudando (demasiado) paulatinamente.
Ya analizamos ciertos mecanismos con los que Sabella protege su puesto. Ayer, amistosamente vs Ecuador, no se salió de la línea. Sin Messi (lesionado), sin Gago (lesionado), dejó a Kun Aguero en el banco y puso a Orban y Roncaglia en los laterales pretendiendo un equipo de prueba (a horas del Mundial) afirmando, sinembargo que "son partidos muy importantes y necesitamos los mejores futbolistas".
Esta frase es parte de su respuesta a los embates de Carlos Bianchi (Boca DT). Por si fuera poco, Sabella ataja ahora al técnico xeneize señalando errores básicos de gestión.
Esperando estabilizarse con su irregular Boca y llegado a una (tardía) posición expectante en el torneo local, Carlos Bianchi hace uso de su elegante dicción para reposicionarse en los medios como "candidato al título" y, después de recordar (innecesariamente) que "yo no dirigí a la selección porque no quise", sale a pegarle a Pachorra.
La convocatoria de Agustín Orión (Boca) como tercer arquero para una mini gira amistosa por Estados Unidos detonó al Virrey:
"Sabella era ayudante de Passarella y sabía cuánto le molestaba cuando le sacaban jugadores en River. Si hubiera tenido, como dijo Pizzi (entrenador de San Lorenzo) sentido común, no hubiera convocado a dos futbolistas de equipos que están peleando los primeros puestos del torneo local".
Fiel a su perfil anti confrontación, Sabella sólo devolvió flores:
"Lo único que tengo para decir es que Carlos es una persona muy sensata. Siempre fue un espejo. Le quiero agradecer todo lo que dio por el fútbol argentino. Nunca quise incomodar a los clubes. Estos partidos son muy importantes para nosotros y tenemos que tener a los mejores futbolistas".
Pero Bianchi obliga a Sabella y vuelve a la carga, ahora por la convocatoria de Fernando Gago, hombre tan importante como lesionado para ambos planteles, denotando que la gestión Sabella tiene tantos flancos débiles como exagerado apoyo mediático.
"En todos lados veo que dicen que el cuerpo médico del seleccionado llamó a los médicos de Boca por Fernando Gago, ¿no? Pero nunca llamaron. Nadie, nunca. Nadie llamó de la selección argentina al cuerpo médico de Boca. ¿Si es raro? Es un problema de ellos. Pienso que tratándose de un jugador como Gago, que es importante para la selección, tendrían que haberse acercado."
Bianchi da golpes meditados y oportunos. Nada va a cambiar. Sólo se trata de posicionar egos y lugares. Argentina sigue penando a las puertas del vecino Mundial.
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