17 de marzo de 2019

Fútbol femenino para cambiar el futuro de las niñas de India.


Hace 12 años, el estadounidense Franz Gastler aterrizó en Jharkhand, uno de los estados más pobres de la India. Meses después fundaba Yuwa, un programa que ha encontrado en el fútbol femenino una potente herramienta para alejar a las jóvenes de los trabajos forzados, los abusos y los matrimonios concertados.

Los abusos sexuales, el tráfico de personas y los altos índices de analfabetismo son algunos de los lastres que, según la ONU, impiden que la India progrese en materia de Derechos Humanos. En este contexto, y en un país con una cultura abiertamente patriarcal y una enraizada estructura social basada en castas, las mujeres son las más vulnerables. De ahí que, en 2018, un estudio cualitativo de la Fundación Thompson Reuters calificase al país asiático como el más peligroso del mundo para las mujeres. Los datos lo avalan: cada 22 minutos se denuncia una violación en el país. Solo en 2016 se registraron más de 38.900 casos. De ellos, 20.000 tenían como víctima a un menor.

Cuando, en 2007, el estadounidense Franz Gastler llegó a Jharkhand (uno de los estados indios más pobres), se topó con esa dura realidad. Por entonces, él tenía 27 años y quería «ayudar a los más desafortunados». Tras calibrar varias opciones, abrazó la idea más «intrépida»: se instaló en una casa hecha de barro y se unió a una ONG local. Comenzó impartiendo clases de inglés mientras que en su tiempo libre jugaba al fútbol con los niños que, asegura, cuando oían su ruidosa moto, salían del colegio en su búsqueda.

Inmerso en esa rutina, Gastler se percató de que en la India, «mientras los niños jugaban, las niñas trabajaban». Y es que, en Jharkhand, solo el 50% de las niñas van a la escuela. Así que, cuando un día una de sus alumnas le dijo que quería jugar al fútbol, la idea surgió sola. Un año después de su llegada al país asiático, el emprendedor, natal de Minnesota, fundó Yuwa, un programa que ha encontrado en el fútbol femenino una potente herramienta para mejorar la vida de las jóvenes y alejarlas de los trabajos forzados, los abusos y los matrimonios concertados, prácticas frecuentes en las zonas más rurales del país.

El primer equipo organizado por Yuwa estaba integrado solo por 15 niñas. En la actualidad, cuenta con cerca de 250 jóvenes, de las cuales 150 «entrenan todos los días», ha explicado Gastler a Ethic en su reciente visita a España. Yuwa, en colaboración con grandes empresas, entrega becas de alcance internacional. Concretamente en España, este año un grupo de diez jugadoras han viajado hasta Donostia para recibir formación como entrenadoras por parte de los técnicos de la Real Sociedad.

Aunque unas pocas han logrado incorporarse a equipos nacionales o han recibido formación por grandes personalidades del mundo del deporte, otras han seguido la tradición de su país y han contraído matrimonio a una edad temprana. «Al final se trata de darles una oportunidad para un futuro que antes no tenían», comenta. En este sentido, para mejorar la calidad de vida de estas niñas en todos los sentidos, Yuwa, en proceso de convertirse también en una escuela, se ha apoyado en iniciativas que persiguen el mismo objetivo.

Una de ellas es Blendhub Corp, una firma asentada en España dedicada a la producción de alimentos en polvo para la preparación de lácteos, panificados, carnes o productos vegetales, que junto con la organización sin ánimo de lucro Feed a Billion, trabajó durante tres meses para conseguir un producto que garantizase que las niñas de Yuwa tuviesen una mejor alimentación. Y es que, siguiendo las tradiciones indias, los hombres de la familia tiene preferencia frente a las mujeres y las niñas, que son las últimas en recibir los alimentos en casa.

Lo disruptivo de esta compañía es su capacidad para fabricar los alimentos en cualquier rincón acortando la cadena de distribución gracias a sus «fábricas portátiles», que caben en un contenedor. Su mínimo tamaño (unos 20 metros cuadrados) permite que puedan enviarse por mar y tierra allí donde coinciden el agricultor o el ganadero y el consumidor. ¿La consecuencia directa? Un importante abaratamiento del producto final.

«Mil millones de personas se van a dormir con hambre. Queremos luchar contra esa realidad optimizando la cadena de suministro de alimentos», sostiene el fundador de Blendhub, el danés Henrik Stamm Kristensen. Para ello, se trasladaron fábricas portátiles cerca de la zona donde viven las niñas de Yuwa, se adquirieron ingredientes locales y se utilizaron recetas también de la zona para crear un alimento nutritivo en forma de batido que, sometido en todo momento a un control de calidad, se distribuyó luego diariamente a las más de 400 niñas del equipo de Yuwa.

24 de febrero de 2019

Johan Cruyff, el profeta del gol (1974).


Hendrik Johannes Cruijff, conocido internacionalmente como Johan Cruyff (Ámsterdam, 25 de abril de 1947-Barcelona, 24 de marzo de 2016), es considerado por la IFFHS como el mejor jugador de Europa​ y fue elegido por 30 de los 34 ganadores del Balón de Oro (de 1956 a 1999) como el tercer mejor jugador del siglo XX, detrás de Pelé y Diego Armando Maradona.

Militó diez temporadas en el primer equipo del Ajax de Ámsterdam. Luego fichó en 1973 por el FC Barcelona, del que se marcharía en 1978 para recalar en la North American Soccer League. Allí estuvo tres temporadas, intercaladas con una temporada en el Levante UD que militaba en la Segunda División de España. Finalmente volvió en 1981 a la liga neerlandesa, militando dos temporadas en el Ajax y su última temporada como jugador en el Feyenoord de Rotterdam. Obtuvo cinco Copas Holandesas, ocho Ligas de Holanda, tres Copas de Europa, una Copa Intercontinental y una Supercopa de Europa con Ajax, una Liga de Holanda y una Copa Holandesa con Feyenoord, y una Liga de España y Copa de España con el FC Barcelona.

Recibió el Balón de Oro en tres ocasiones (1971, 1973 y 1974), marca que comparte con Michel Platini y Marco Van Basten. Cruyff fue el más famoso exponente de la filosofía de fútbol conocida como «fútbol total», desarrollada por Rinus Michels.

En 1984, tras retirarse como jugador de los terrenos de juego, Cruyff se convirtió en entrenador del Ajax y logró dos Copas Holandesas y una Recopa de Europa, más tarde se convertiría en entrenador y presidente de honor del FC Barcelona, club del que fue un influyente asesor.​ Además fue colaborador de la federación catalana en proyectos deportivos y sociales.​ Logró una Copa de España, cuatro Ligas de España, tres Supercopas de España, una Recopa de Europa, una Copa de Europa y una Supercopa de Europa con Barcelona.

17 de septiembre de 2017

Atlético Tucumán reclama lo que Bussi se quedó del pase de Julio Villa a Racing en 1977.


A Julio Ricardo Villa le decían Dios. Era el estilista barbado de Atlético Tucumán. Racing compró su pase a cambio de 70 millones de pesos de la época, algo más de 250 mil dólares en ese entonces, una excepción para un fútbol todavía austero. Era 1977. En Tucumán la dictadura se llamaba Antonio Domingo Bussi. Apenas se enteró de la operación, el coronel Luis Vera Robinson, que llegaría a ser interventor de la Liga tucumana de fútbol, llamó al tesorero de Atlético, Juan Luis Acotto, para citarlo a una reunión en la Casa de Gobierno. Al día siguiente, Acotto y el presidente de Atlético, Juan Luccioni, entraron al despacho de Bussi rodeados de custodios armados con ametralladoras. "Tengo conocimiento de que su club ha vendido al jugador Julio Ricardo Villa a Racing -les dijo el genocida–. La provincia creó un fondo patriótico y necesita que donen el 20% del pase de ese jugador." Los dirigentes entendieron que no había opción. Y pagaron. Más de 40 años después, Atlético Tucumán reclama ante la Justicia una reparación histórica del Estado provincial ante lo que considera un hecho extorsivo de la dictadura.

"Presentamos la demanda en los Tribunales Federales de Tucumán hace varios meses. No le dimos publicidad a esto, pero creemos que también debe haber memoria, verdad y justicia en el fútbol", le dice a Tiempo Mario Leito, presidente de Atlético Tucumán. La historia la contó el periodista Marco Lamoglia en el sitio de noticias El Tucumano, donde se detalla la declaración del contador Acotto ante la Justicia en el marco de una causa contra el represor Luciano Benjamín Menéndez, excomandante del III Cuerpo del Ejército, y Roberto Abba, fiscal de Estado durante la dictadura. Acotto relató que después de ese encuentro con Bussi, llegó otra instancia de apriete, cuando el ministro de Economía tucumano, José Elías, les avisó: "Muchachos, no tienen margen de negativa. Además, aquí las paredes escuchan. Traigan el 20% del valor del pase en tres cheques."

El dinero, les dijeron, iría a parar al denominado Fondo Patriótico Azucarero, que Bussi había creado para tomar dinero de los grandes ingenios. En el caso del porcentaje del pase de Villa, según Acotto, se utilizaría para una nueva sala en el Hospital del Niño Jesús. El periodista Pablo Calvo relató la historia en su libro Los mendigos y el tirano (Aguilar, 2011), donde cuenta cómo un funcionario les exigió un porcentaje a los dirigentes, que preguntaron para qué se iba a utilizar el dinero. "Seguramente irá a un hospital, pero eso a usted no le importa", respondió el funcionario. "Los diarios –dice Calvo en su libro– estimaron que el diez por ciento del pase de Villa a Racing quedó en las arcas del Estado bussista."

En octubre del año pasado, durante un homenaje que le realizaron en el club, Acotto recordó la maniobra de Bussi. "Mientras era tesorero –relató el contador–, Villa fue vendido a Racing. Lo quería Independiente pero no llegaban a pagar lo que ofrecía la Academia. Cuando se concretó la transacción, Bussi nos pidió un 20% para el Fondo Patriótico Azucarero y no tuvimos más remedio que aceptar."

Hay un contexto que explica por qué ahora, cuatro décadas después, Atlético Tucumán se presenta ante la Justicia. "Cuando supimos de esto teníamos otras cuestiones para poner en marcha, acomodarnos en lo económico, sacar al club del quebranto en el que estaba. Pero hemos charlado con amigos y compañeros del club, y creemos que esto es una medida justa", dice Leito, presidente de Atlético Tucumán, que aunque eliminado la última semana de los octavos de final de Copa Sudamericana a manos de Independiente, atraviesa una gran etapa futbolística. El monto de la reparación, aclara Leito, está en estudio. "El pase de Villa fue el más importante del momento –explica el dirigente–, pero hay que verlo bien porque en el medio cambió la ley, por lo que habrá que ver cómo se actualiza." Además, se reclama por el daño moral a Acotto, el tesorero de entonces, los intereses y las costas legales. "Pero el significado importante –aclara Leito–, es el de la memoria, la verdad y la justicia." Como se trata de una acción civil que deriva de un delito de lesa humanidad, es imprescriptible.

Historia de un pase

Cuando Racing contrató a Villa el presidente del club de Avellaneda era Horacio Rodríguez Larreta, el padre del actual jefe de Gobierno de Buenos Aires. En esa parte de la historia habitan otros misterios. Rodríguez Larreta, un frondizista que militaba en el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), fue secuestrado en 1977 por un comando de la dictadura. Estuvo diez días desaparecido. Rodríguez Larreta, además, había avalado con bienes propios la compra del pase de Villa. Según la versión, ante la falta de pago, el dirigente sufrió el embargo de cuadros, una casa y un auto. Después de ser campeón del mundo en 1978, Villa pasó al Tottenham Hotspur de Inglaterra junto a su compañero en la Selección, Osvaldo Ardiles.

De aquel episodio sobre su pase, Villa dice que sólo escuchó versiones. "Si pasó, no lo sé", le aclara a Tiempo. "Pero si se determina esto, y eso es lo que corresponde para Atlético Tucumán, que es un club que quiero mucho, ojalá se haga justicia", agrega. La madre de Leito estuvo secuestrada durante la dictadura. "Bussi –dice el dirigente– fue el terror en Tucumán." El poder de Bussi no terminó con la dictadura. Entre 1995 y 1999, incluso, volvió a la gobernación a través de las urnas. Ocupaba ese cargo cuando se descubrieron cuentas bancarias en Suiza a su nombre. "Por eso –concluye Leito–, vaya a saber a dónde fue a parar la plata de Alético Tucumán".

FUENTE: TIEMPO ARGENTINO.