16 de marzo de 2012

El fútbol de Evo Morales.


16.03.2012 - La (simbólica) revolución que significó la llegada al poder del primer presidente aymara de un país en donde la población que se autodeclara indígena llega al 62% (Bolivia) llegó después de las puebladas generadas por las fracasadas recetas neoliberales y no deja de inquietar a las esferas conservadoras.

El presidente boliviano, Evo Morales, le imprimió a su gobierno un estilo muy propio, que no se limita a las costumbres de campesino de comenzar la jornada a las cinco de la mañana sino que se refleja también en una posición de intransigencia frente a los (en verdad pocos) casos de corrupción que aparecieron, el más notable de los cuales es el protagonizado por Santos Ramírez, amigo personal de Evo Morales, quein fue padrino de la boda de su hija, y es director de YPF Bolivia, condenado a doce años de prisión por recibir una coima.

Entre sus sellos (mediáticos) de color, luego de sus pullóveres y atuendos típicos aparece el (irrevocable) fútbol. Evo se pregunta, mientras precalienta en el mismo césped en que Bolivia le ganó (6-1) a Argentina, si la última paridad entre las selecciones mayores boliviana y argentina (después del 6-1 hubo dos empates en partidos librados a nivel del mar) tiene una explicación psicológica o deportiva sin dejar de reconocer que Messi es un fuera de serie.

Evo Morales elonga los cuadriceps con un fondo de música de bandas militares. A sus pies, una de las cuatro tribunas del estadio Hernando Siles presenta asistencia perfecta: separados por división y por las gamas de sus uniformes, jóvenes aspirantes a las Fuerzas Armadas cantan, hacen la ola, y dan aliento al Presidente. El público es un regalo sorpresa del nuevo comandante de las Fuerzas Armadas, general Tito Gandarillas, un aliado con poder creciente en el gobierno. El equipo de la presidencia – donde prevalecen los custodios presidenciales - se enfrenta al del vicepresidente, Álvaro García Linera. El árbitro se demora, las bandas callan y el Presidente acepta responder una pregunta anticlimática de Le Monde.

“Hay tres nuevos temas para esta etapa. Valores: la autoridad que no roba, no miente y no es floja será siempre respetada (lo dice en aymará). Eso es cultural. Estamos convirtiendo la política en un sacrificio, no un beneficio… Segundo tema: que no se privaticen los recursos naturales. Tercero: que los servicios básicos sean derechos humanos. Esa es la nueva agenda para este tiempo”. Luego, ganó el partido.


Días después el mismo equipo (colmado de guardaespaldas) sale a la cancha en Viena (Austria). Luego de participar de la Comisión de Estupefacientes de la ONU, ruedas de prensa y conferencias con estudiantes y diplomáticos, donde reclamó que la hoja de coca sea despenalizada en Bolivia para corregir "un error histórico" ya que "los productores de la hoja de coca no somos narcotraficantes y los consumidores no somos narcodependientes", Evo vuelve a ponerse los cortos.

"Estamos un poco viejos. Pero sólo un poco", le bromea Hans Krankl (estrella austríaca y leyenda del Barcelona). Transpira Evo Morales, juega, asiste (1), convierte y se lleva una pelota firmada por el ídolo austríaco.



Terminado el partido, el Presidente se va directamente al aeropuerto para volar de regreso a La Paz (Bolivia), con la satisfacción del deber cumplido y sumando otra victoria para su equipo de fútbol.
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