14 de enero de 2013

"Amén": fútbol en África.


14.01.2013 - Jessica Hilltout (fotógrafa belga) estaba en Pacasse (Mozambique) cuando se detuvo en un pueblo, localizó a un entrenador de fútbol y pactó habló con él. Organizaron un partido entre el Inha Vento, equipo local, y sus vecinos, los jugadores del Barcelona.

El termómetro marcaba 35 grados y a la fotógrafa le sorprendió que los jugadores del Barcelona llegaran a pie, vestidos con enormes abrigos de lona, con sombreros similares a los de los esquimales.

“Me di cuenta de que estaban imitando a los equipos ingleses, por ejemplo, que llegan al terreno de juego en el medio del invierno con eses atuendo”.

“En África, el fútbol no es una religión. Pero es todo lo que una religión debe ser. Cada aldea en África tiene un templo al aire libre con porterías en los extremos opuestos y seguidores devotos en el centro. Y como todo lo que es verdaderamente precioso, es una necesidad, como el pan y el agua. Amen. Así sea”.

De estas palabras del libro escrito por Ian Brower, nace el título de Amen, el proyecto que se hizo serie fotográfica y que vio la luz en formato de libro.


En tiempos mundialistas (2010), durante ocho meses, la fotógrafa belga Jessica Hilltout recorrió el sur y suroeste de África en un viejo escarabajo, pasando por Mozambique, Ghana, Sudáfrica o Togo. Llevaba una Hasselblad, una lente de 80 milímetros, su medidor de luz, una pequeña cámara digital, una impresora y, por supuesto, un stock de pelotas desinfladas.

Cada fotografía implicaba una especie de contrato de confianza. Los chicos que aparecen fotografiados debían conocer la filosofía del proyecto y después, decidían si querían o no formar parte.

Jessica pasaba cuatro días a la semana en los pueblos africanos. Localizaba a un profesor, un amigo o a un antiguo futbolista que ejerciera de anfitrión para retratar a los pibes.


En un libro de viaje, anotaba sus nombres, los equipos en los que jugaban. Entre las anécdotas, también el esfuerzo que supone a los jóvenes futbolistas enfrentarse con sus rivales. Como equipo visitante, los partidos suelen ser a las cuatro de la madrugada, a kilómetros de distancia de su pueblo y con estancias de más de cinco días fuera de sus casas.

Así nació entonces Amen, una serie fotográfica y un libro que muestra los balones hechos a mano con los que los niños juegan en el continente africano, pequeñas joyas, elaboradas con medias viejas, bolsas de plástico o cuerdas, que atestiguan de manera casi antropológica el amor por el fútbol.

“Queríamos demostrar que ese deporte existe todavía de una forma muy pura. En África, el fútbol no es sólo una pasión, es una necesidad, uno de los elementos esenciales de la vida”.







Así, esta serie retrata cómo un continente entero se las arregla para hacer tanto con muy poco. Amen le habla al espectador de “la dignidad, la fuerza, la solidaridad, los sueños y la perseverancia”.

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2 comentarios:

F50 Messi dijo...

Las imágenes hablan lo que otros no cuentan.

Acho dijo...

Fútbol original.