13 de marzo de 2012

Ricardo Teixeira renuncia a la Confederación Brasileña de Fútbol.


13.03.2012 - Renuncias y despidos se suceden en la víspera brasileña. A horas de que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, despidiera al ministro de Desarrollo Agrario Alfonso Florence (el 12º ministro cesado en 14 meses de gobierno) se hace pública la renuncia de Ricardo Teixeira como presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol.

Las relaciones brasileñas con el mundo vienen cambiando a velocidad inusitada a partir de su (presunto) despegue o renacimiento económico (hoy entre los diez más potentes del mundo) y construcción de prestigio internacional en contraste con la crisis global desde 2008.

Sede del próximo Mundial (2014) y de los JJ.OO (2016), las relaciones con la FIFA también van mutando en paralelo a un desigual desarrollo de infraestructura. Tiempos, negocios y prioridades vienen tensionando el diálogo con la casa internacional del fútbol.

Y si algo le faltaba a estos ríspidos vaivenes (entre FIFA y Brasil), después de 23 años al frente del fútbol brasileño, acaba de hacerse pública la renuncia de Ricardo Teixeira (64) tanto a su cargo presidencial como al Comité Organizador del Mundial 2014.

“Presidir pasiones no es una tarea fácil en nuestro país. El fútbol es asociado a dos imágenes: talento y desorganización. Cuando ganamos, exaltan el talento, cuando perdemos, la desorganización. Hice lo que estaba a mi alcance, renuncié a la salud. Fui criticado en las derrotas y infravalorado en las victorias”, fue una de las frases de la carta pública del dirigente (leída por su sucesor Jose Maria Marin, de 79 años).

Su lugar en el fútbol le fue concedido por su exsuegro João Havelange (presidente de FIFA durante 25 años) en 1989. Supo acomodarse en el cargo y manejar los hilos del fútbol brasileño en base a buenos contactos, olfato para los negocios y una estructura dividida en feudos de 27 federaciones (de fútbol) estatales. Pero, con erosionado respaldo dentro y fuera del país, no pudo evitar el abrupto final de su carrera dirigencial.

Durante su gestión acumuló una interminable serie de críticas y denuncias de corrupción que, en la víspera mundialista, terminaron con una época (?). El quinto mandato de Teixeira al frente de la CBF (caducado en 2007) ya sonaba a inicio de final, pero un pacto interno le permitía continuar en el cargo hasta 2015 (pasado el Mundial).

Pese a sus altos contactos políticos, una comisión parlamentaria que investigó la corrupción en el fútbol en 2001 evaluó 13 cargos en su contra (lavado de dinero, evasión de impuestos, etc.) por presuntas irregularidades en el contrato que firmara con Nike para patrocinar la selección brasileña. También fue manchado por la investigación de un periodista de la BBC que lo señaló (junto a Havelange) recibiendo millones de dólares de soborno de la empresa ISL para obtener los derechos de marketing de la FIFA en los años ’90s.

Nunca fue condenado por ningún caso pero se sospecha que la acumulación terminó de invertir el efecto de sus contactos. Las versiones corrieron como reguero a partir de que el diario Folha de Sao Paulo publicara (02.2012) que la policía civil en Brasilia concluyó que Teixeira tuvo vínculos con una empresa indagada por presunta sobrefacturación de un amistoso entre Brasil y Portugal en 2008.

Los policías encontraron cheques que Teixeira recibió de Vanessa Precht, socia de la empresa de mercadeo investigada, Ailanto, la misma firma vinculada a su amigo personal Sandro Rosell (presidente de Barcelona).

El partido (amistoso) entre ambas selecciones en Brasilia fue financiado con dinero del gobierno del Distrito Federal, que pagó a Ailanto u$s 4 millones por la organización y los investigadores creen que los costos probados del partido fueron considerablemente menores y se hubo perjudicado a las arcas públicas.

La (trunca) ambición de Teixeira era terminar en el lugar de Joseph Blatter para 2015 y manejar el fútbol a nivel mundial.

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