A seis meses del (legal) regreso de las parcialidades visitantes a los estadios del ascenso, un club tradicional de Primera División recibe con violencia y robos en las inmediaciones de su estadio a hinchas visitantes.
Si bien el historial de 82 partidos entre Atlanta y Rosario Central favorece a los bohemios (33 a 31 con 18 empates), desde 1929, Atlanta jugó oficialmente 37 partidos en el Gigante de Arroyito (9G, 8E, 20P) y la última victoria fue 1-0 en 1985 (Primera B).
Las aspiraciones de Atlanta en su viaje a Rosario (fecha 22º B Nacional) eran medidas. No obstante, entre 500 y 600 hinchas hicieron los 300 kilómetros que separan el León Kolbovsky (estadio de Atlanta) del Gigante de Arroyito (estadio de Rosario Central).
No pocos pasaron (antes del partido) por la filial bohemia, el Club Atlanta de Rosario (fundado en 1935 por un rosarino hincha de Atlanta) que se activó con almuerzo y tango.
Pero la llegada al Gigante no fue fácil. Un muy débil operativo de seguridad no atenuaba la nula señalización del lugar de ingreso (puerta 4). Hasta que, llegados los micros porteños (por la avenida Avellaneda) la policía hizo su aparición para mediar en el intercambio de insultos que los bohemios se propinaban con los canallas que pasaban (no había vallados). Fueron los primeros machetazos y balas de goma.
Tres banderas dominaban la popular local: “Central y Perón un solo corazón”, “Los Guerreros (con su escudo justicialista)” y la multiplicada figura del Che Guevara en azul y oro. En la tribuna bohemia se vio una bandera de Atlanta firmada de la localidad de San Gerónimo Sud (centro de la provincia de Santa Fe)
“El que no salta es de Atlanta y de Newell’s Old Boys”, fue el grito durante el segundo tiempo.
La salida fue un poco más violenta. Las puertas cerradas que evitan la salida simultánea de parcialidades (la local espera adentro) no fueron suficientes.
Desde atrás de las rejas, los hinchas de Rosario Central se dedicaban a insultar y escupir a los bohemios que salían del estadio. La inmediata reacción de muchos hinchas de Atlanta despertó nuevamente a la policía, a sus bastones y balas de goma.
Adrián Morales (socio de Atlanta) fue derivado a la clínica Los Arroyos (Rosario) con pérdida de conocimiento (traumatismo de cráneo), otro hincha de apellido Moreira quedó internado después de recibir una golpiza de parte de hinchas locales, otro fue atendido después de recibir heridas de arma blanca en una pierna y otro (foto se sentimientobohemio.com) coleccionó balazos de goma sobre su espalda.
Una vez afuera, muchos bohemios se toparon con grupos “punguistas” (algunos con simbología del club local) que no diferenciaban hombres, mujeres o chicos que llegaban a sus autos para volver a Buenos Aires.
Es indudable que, permaneciendo dentro del estadio la parcialidad local, estos muchachos amigos de lo ajeno no entran a ver los partidos sino que tienen establecidos tiempo y lugar de acción (liberado de policía?).
La Comisión Directiva de Atlanta publicó un comunicado denunciando y repudiando los hechos de violencia sufridos por sus hinchas al término del partido frente a Rosario Central.
Cuentan (en Rosario) que la policía santafecina (dependiente del gobernador Antonio Bonifatti) viene siendo afectada por distintas denuncias. El último caso (de repercusión nacional) fue el asesinato de tres jóvenes militantes del Frente Darío Santillán (01.01.2012) por parte de individuos que buscaban vengar el crimen de un barra de Newells. La policía habría colaborado en el intento de hacer pasar a los asesinados como barras y delincuentes pero los familiares de los muertos denunciaron la maniobra y la complicidad de la fuerza con barras y otras bandas delictivas de la ciudad.
En medio de todo esto hubo un partido de fútbol. Atlanta, con el debut de Carlos Roldán (DT) volvió a perder (2-0) y quedó último en la tabla de promedios de descenso.
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